ATENAS.- Alrededor de medio millar de
migrantes continúan este sábado, por tercer día consecutivo, acampados
fuera del campo de refugiados de Diavatá, en los suburbios de Salónica,
con la esperanza de poder marchar hacia la frontera para abandonar
Grecia.
Según informan los medios locales, la noche
transcurrió sin incidentes, después de los repetidos choques con la
Policía ocurridos el viernes.
Algunos grupos habían intentado a lo largo del viernes
romper el cordón policial, acciones que las fuerzas de seguridad
reprimieron haciendo uso de gases lacrimógenos.
La
zona sigue acordonada hoy por la Policía, que ha impedido que grupos
llegados de otras zonas de Grecia pudieran acceder al campo.
La movilización comenzó a raíz de informaciones difundidas en las redes sociales que aseguraban que la frontera iba a abrirse.
De
acuerdo con un portavoz del Ministerio de Migración, el llamamiento,
así como los rumores de apertura de la frontera, partieron de cuentas
falsas en redes sociales que pedía a los refugiados que se uniesen a la
"Glitter of Hope Caravan" (Caravana del Brillo de la Esperanza).
Colectivos
de apoyo a los refugiados señalaron en diversos comunicados que el
deseo de marcharse de Grecia obedece a las malas condiciones en las que
viven los migrantes y refugiados y a la falta de perspectiva que tienen
en un país en crisis económica y con elevado índice de desempleo.
Mientras
tanto, la normalidad ha vuelto a la estación central de Atenas, donde
el viernes el tráfico ferroviario tuvo que ser interrumpido después de
que alrededor de un centenar de refugiados ocuparan las vías.
Los
migrantes iniciaron esa protesta tras la decisión de las autoridades de
prohibirles viajar a Salónica para unirse a los refugiados del
campamento de Diavatá y emprender juntos la marcha hacia la frontera con
Macedonia del Norte.
Los migrantes habían comprado
sus billetes, pero la Policía decidió no permitirles el viaje para no
empeorar la situación en el norte.
Finalmente, se les
reintegró el dinero y todos fueron abandonando a lo largo de la tarde la
estación en autobuses que los trasladaron a distintos campamentos
cercanos a la capital.
La frontera con Macedonia del
Norte permanece cerrada desde finales de 2015, lo que llevó a que
decenas de miles de refugiados se concentraran durante semanas en un
campo improvisado.
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