BERLÍN.- Una iniciativa popular berlinesa
empezó este sábado una recogida de firmas con el propósito de lograr una
expropiación de los grandes consorcios alemanes como medida para frenar
el alza de los alquileres en la capital alemana.
Bajo
lemas como "la vivienda es uno de los derechos humanos y no una
mercancía" o "contra la especulación y en defensa de la cultura de los
barrios", varios miles de personas se dieron cita en la emblemática Berlín
Alexanderplatz para asistir a la manifestación con la que se dio
comienzo a la recogida de firmas.
La iniciativa tendrá que recolectar, en dos etapas, un
total de 170.000 firmas de personas con derecho a voto en Berlín para
obligar al Gobierno regional a convocar una consulta ciudadana.
En
una primera etapa, con un plazo máximo de seis meses, se tendrá que
llegar a 20.000 firmas y los organizadores consideran que eso ocurrirá
pronto.
"Ya hoy tendremos una cantidad importante de
firmas", dijo hoy el portavoz de la iniciativa, Helge Peters, mientras
los manifestantes se reunían en la emblemática Alexanderplatz.
Luego la iniciativa tendrá cuatro meses más para llegar a las 170.000 firmas y forzar la consulta popular
En
caso de que la consulta tuviera éxito no se producirían automáticamente
las expropiaciones sino que se pediría al ejecutivo berlinés que
presente un proyecto de ley al respecto ante el parlamento regional.
No
obstante, el Gobierno puede negarse a ello alegando razones jurídicas o
financieras. También, antes de la consulta, puede presentar a los
electores una propuesta alternativa.
"Nos basamos en
el artículo 15 de la constitución que permite la socialización de
propiedad raíz, los recursos naturales y los medios de producción",
explicó Peters.
Los impulsores de la iniciativa
consideran que las indemnizaciones que habría que pagar por las
expropiaciones tendrían un coste de entre 7.000 y 14.000 millones de
euros.
La responsable de Obras Públicas y Vivienda en
el Gobierno regional, Katrin Lampscher, considera en cambio que los
costes pueden llegar hasta los 36.000 millones.
En
todo caso, lo que empezó como una iniciativa local berlinesa, y centrada
sobre todo en la resistencia de un grupo de arrendatarios contra las
alzas de los alquileres por parte del consorcio Deutsches Wohnen,
propietario de 111.000 viviendas en Berlín, se ha convertido en un tema
de discusión nacional.
Así, por ejemplo, el Partido Liberal (FDP) está dispuesto a eliminar el artículo 15 de la constitución alemana.
"El
artículo 15 es a la constitución lo que el apéndice al cuerpo humano.
Está ahí pero es inútil y puede ser un foco de infecciones", dijo el
secretario de organización del grupo parlamentario del FDP. Marco
Buschmann.
"Hay partidos que se comportan como si
fueran filiales del 'lobby' inmobiliario", comentó al respecto el
organizador de la iniciativa, Rouzbeh Taheri, ante un grupo de
periodistas antes de comenzar la manifestación.
El
artículo 15, en que se apoya la iniciativa y que el FDP propone abolir
-para lo que necesitaría una mayoría parlamentaria de dos tercios- no se
ha aplicado nunca en la historia de la República Federal de Alemania.
Dentro
del parlamento regional de Berlín, los partidos de la oposición, la
Unión Cristianodemócrata (CDU), el FDP y la agrupación ultraderechista
Alternativa por Alemania (AfD) son contrarios a un plan de
expropiaciones.
De los tres partidos que forman el
Gobierno regional, sólo La Izquierda se ha mostrado favorable a la
iniciativa mientras que Los Verdes tomarán posición en mayo y el Partido
Socialdemócrata (SPD) en el congreso regional de la agrupación en
otoño.
A nivel nacional, las presidentas de los dos grandes partidos se han mostrado en contra de posibles expropiaciones.
"Entiendo
la ira en contra de los consorcios que quieren exprimir hasta el último
euro de los arrendatarios, pero las expropiaciones durarían años y no
crearían una sola vivienda", dijo la presidenta del SPD, Andrea Nahles.
"Las expropiaciones no son la solución", dijo la presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer.
Los
críticos de la iniciativa sostienen que las expropiaciones no ayudarían
a detener el alza de los alquileres y que la fórmula adecuada sería
fomentar la construcción de vivienda para que hubiese más oferta.
Aunque
Berlín no es la ciudad con los alquileres más caros de Alemania -en
Múnich y Fráncfort, por ejemplo, están claramente por encima- pero sí es
donde más han subido en los últimos años.
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