HELSINKI.- Con una densidad demográfica de 1,93 habitantes por
kilómetro cuadrado, la Laponia finlandesa es una de las regiones más
deshabitadas de Europa y, pese a que su economía crece más que la media
nacional, libra su propia batalla contra el lento pero constante
fenómeno de la despoblación.
La región finlandesa de
Laponia tiene una renta per cápita de 33.190 euros, un 94,6 % de la
renta media nacional, y un alto nivel de industrialización, ya que el 56
% de su Producto Interior Bruto procede de la industria, pero desde los
años sesenta sufre un progresivo éxodo de habitantes que amenaza su
futuro.
Ubicada en el extremo norte de Finlandia, casi toda
dentro del Círculo Polar Ártico, la región de Laponia tiene 92.675
kilómetros cuadrados y 178.530 habitantes, es decir, es más grande que
toda Andalucía pero apenas supera en población a la ciudad de Burgos.
Esta inhóspita región, que ocupa el 30 % del territorio de Finlandia y
donde vive sólo el 3,2 % de los habitantes del país nórdico, ha perdido
una décima parte de su población durante los últimos treinta años, en un
lento goteo de personas que se mudan a las ciudades del sur.
De los 21 municipios en los que está dividida, el más despoblado es
Savukoski, en la frontera noreste con Rusia, con una densidad de 0,16
habitantes por kilómetro cuadrado y donde sus 1.016 vecinos están
desperdigados.
Pese a su escasa población, Savukoski cuenta con los servicios públicos
básicos, entre ellos un pequeño centro de salud donde se ofrece una
atención médica primaria, aunque para consultas más especializadas sus
habitantes deben desplazarse hasta Pelkosenniemi, el municipio vecino,
donde residen 954 personas.
Peor lo tienen las
mujeres embarazadas de Utsjoki, el municipio más septentrional de
Finlandia, quienes deben viajar 450 kilómetros para dar a luz hasta la
clínica de maternidad más cercana, situada en Rovaniemi, la capital de
Laponia.
Debido al largo viaje, que supone casi seis
horas en coche, el centro de salud de Utsjoki recomienda a todas las
embarazadas que se muden a Rovaniemi a esperar el parto a partir de la
semana 38 de embarazo.
El gobernador de Laponia, Mika
Riipi, asegura que la red de servicios es
"bastante buena" dadas las circunstancias, ya que todos los municipios
cuentan con sus propios servicios básicos, aunque reconoce que la
despoblación hace cada vez más complicado mantenerlos y financiarlos.
Laponia recibe del Gobierno central entre 200 y 300 millones de euros
anuales para ayudar a costear los servicios públicos e ingresa otro
tanto mediante impuestos municipales, pero no obtiene ningún tipo de
subsidio de Helsinki para fomentar el desarrollo regional.
"Si a nivel nacional hubiera un plan estratégico para concentrarse
también en la región norte y se hiciera un programa de inversión, por
ejemplo en conectividad y digitalización, eso ayudaría a frenar la
despoblación", se queja Riipi.
Muchos lapones, al
igual que ocurre en otras regiones periféricas de Finlandia, se sienten
olvidados por el Gobierno central, que a su modo de ver no hace lo
suficiente para frenar el éxodo rural impulsando más el desarrollo
regional.
Los únicos recursos
externos para el desarrollo regional -asegura- proceden de la Unión
Europea (UE), que concede a Laponia entre 15 y 20 millones de euros
anuales procedentes de los fondos de cohesión y otros programas
comunitarios.
Según Riipi, al contrario que en muchas
zonas despobladas de Europa, la falta de oportunidades laborales no
afecta especialmente a Laponia, donde la economía crece alrededor de un 5
% anual y la tasa de desempleo oscila entre el 7 % y el 8 %.
"En Laponia no se trata de que falten puestos de trabajo, más bien
tenemos escasez de mano de obra. Hay muchas plazas vacantes en el sector
turístico, en la minería, en la industria forestal y en los servicios
que no podemos llenar porque no conseguimos que la gente venga a
trabajar", afirma.
Las autoridades regionales han
dedicado mucho esfuerzo a potenciar la marca Laponia, lo que, además de
permitirles aumentar la cifra de turistas un 10 % anual, empieza a
atraer mano de obra extranjera, principalmente de Europa y Asia, para
quienes mudarse a esta región ártica es "una opción exótica para sus
vidas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario