LONDRES.- Las ventas de automóviles nuevos en Reino Unido cayeron en 2018 a su
ritmo más rápido desde la crisis financiera mundial de hace una década,
afectadas por el colapso de la demanda de vehículos diésel, mientras la
patronal del sector advertía de la amenaza existencial que supone el
Brexit.
Las
matriculaciones cayeron un 6,8 por ciento el año pasado, hasta 2,37
millones de vehículos, la mayor caída desde que las ventas se redujeron
un 11,3 por ciento en 2008, según datos de la Sociedad de Fabricantes y
Comerciantes de Motores (SMMT, por sus siglas en inglés).
Una
caída de casi el 30 por ciento en la demanda de vehículos diésel fue el
factor más importante en la disminución. Los motores diésel se han
visto perjudicados desde el escándalo por el engaño en las emisiones de
Volkswagen de 2015, que provocó medidas más restrictivas y mayores
impuestos.
Pero la industria también advirtió de que la salida
del Reino Unido de la Unión Europea a finales de marzo pone en riesgo un
sector que da empleo a más de 850.000 personas y ha sido una de las
pocas industrias exitosas en Reino Unido desde la década de 1980.
“Todos
reconocen que el Brexit es una amenaza existencial para la industria
automovilística del Reino Unido y esperamos que se imponga una solución
práctica”, dijo el presidente ejecutivo de SMMT, Mike Hawes, quien pidió
a los diputados que respalden el acuerdo de la primera ministra Theresa
May para garantizar un período de transición.
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