viernes, 21 de diciembre de 2018

La demanda china de etanol animaría la economía agrícola de EE.UU.

CHICAGO.- Un guiño de China al mercado de etanol estadounidense en medio de la distensión de la guerra comercial entre Washington y Pekín podría contribuir en gran medida a aliviar la afligida economía agrícola estadounidense.

Así lo asegura Mark Marquis, director ejecutivo y cofundador de Marquis Energy LLC, un productor con sede en Hennepin, Illinois, que opera la planta de etanol de molienda en seco más grande del mundo. Su compañía envió uno de los últimos cargamentos de etanol estadounidense a China en abril, justo cuando se intensificaba la disputa entre el presidente Donald Trump y su homólogo, el presidente Xi Jinping.
Desde entonces, los aranceles retaliativos de China ahogaron la demanda y contribuyeron a una caída en la industria del etanol, cuyos márgenes han disminuido y han obligado a recortar la producción.
Mientras que los aranceles sobre la soja y el cerdo estadounidenses han recibido la mayor parte de la atención, el país asiático tiene aranceles del 70 por ciento sobre el etanol a base de maíz producido principalmente en el Medio Oeste del país. 
También hay aranceles sobre un subproducto conocido como granos de destilería secos, con el que se alimenta el ganado. El biocombustible es un componente clave de la economía del cinturón agrícola, con aproximadamente el 38 por ciento de la producción de maíz de EE.UU. destinada a las fábricas de etanol.
Si China reanudara las compras de etanol estadounidense, como lo hizo con los granos de soja en el contexto de la tregua comercial, no solo ayudaría a la industria de los biocombustibles, sino también a la agricultura estadounidense en general, dijo Marquis.
Si EE.UU. pudiera "enviar 200 millones o 300 millones de galones a China, mejoraría el margen general del etanol", explicó en una entrevista telefónica. “No tendríamos estos despidos, los bajos precios del maíz y lo demás. 
"Para la economía agrícola, que el etanol y los granos regresen a China es una solución rápida, y creo que recuperaríamos inmediatamente la rentabilidad de los biocombustibles y de la producción de maíz".
En los últimos años, las compañías de etanol expandieron su capacidad con miras a satisfacer la robusta demanda de China. El país asiático estructuró un plan para aumentar el consumo para 2020. Con la guerra comercial, la industria estadounidense del etanol se está tambaleando. 
Pacific Ethanol Inc., uno de los productores más grandes de EE.UU., informó el 19 de diciembre que había parado la producción de un molino en Aurora, Nebraska, y despedido a un tercio de su fuerza laboral allí.
"Nuestra industria se sintió alentada por el reciente anuncio de que China reanudará la compra de soja estadounidense, y tenemos la esperanza de que el etanol y los granos de destilería sean los próximos", aseguró Geoff Cooper, presidente y director ejecutivo de Renewable Fuels Association, una asociación comercial con sede en Washington, el jueves en un comunicado enviado por correo electrónico.
Si la demanda China no regresa, las cosas para la industria estadounidense del etanol irán de mal en peor, según Marquis, quien administra una planta de 300 millones de galones al año cerca del río Illinois. Asegura que ha oído hablar de hasta ocho plantas cerradas ante los pobres márgenes, y "tal vez dos o tres más por venir".
"Al final, algunos de los productores quizás más marginales –ya sea por mala logística, poca eficiencia, escala pequeña o malas situaciones de administración de efectivo– van a tener que cerrar y probablemente nunca reiniciarán", afirmó Marquis.

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