BERLÍN.- Alemania cerró hoy una página de su
historia industrial con el cierre del pozo minero de Bochum, el último
que seguía funcionando en la cuenca del Ruhr (oeste), una región que
durante siglos explotó su llamado "oro negro", el carbón.
"Terminó un capítulo de nuestra historia", afirmó el primer ministro
del "Land" de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, en un mensaje a
sus conciudadanos, horas antes del que será, este viernes, el último
descenso al pozo de los mineros.
El adiós al carbón quedó sentenciado por el Gobierno
federal en 2007 por razones medioambientales y se ha ejecutado
progresivamente; casi un 13 % del consumo energético del país depende
aún de esa fuente, solo que en lugar de extraerse en la cuenca del Ruhr u
otras regiones del este del país se importa.
"Nuestra gente, nuestra región, le debe mucho al carbón. Le debe cientos
de miles de puesto de trabajo, bienestar y una fuente de energía que ha
hecho fuerte a nuestro país", prosiguió Laschet en su mensaje,
La del carbón es una "historia de éxito", según el jefe del gobierno de
ese "Land", de la Unión Cristianodemócrata (CDU), quien ayer había
participado en una ceremonia religiosa con su antecesora en el cargo, la
socialdemócrata Hannelore Kraft, y rodeados de mineros, algunos de
ellos al borde del llanto.
Renania del Norte-Westfalia, con casi 18 millones de habitantes, explotó durante más de dos siglos esta fuente de energía.
En los años 50, unos 600.000 vecinos de la cuenca del Ruhr trabajaba en
la mina, una población laboral que se fue reduciendo hasta quedar, en
2007, unos 33.000 mineros, mientras que ahora seguían en activo los
últimos 3.500.
No hubo despidos, sino fórmulas de
jubilaciones anticipadas y recolocaciones, pero la región entera se ha
resentido del cierre de los pozos de carbón, que además ha coincidido
con el desmantelamiento de parte de su industria acerera.
Actualmente el desempleo en la cuenca del Ruhr se sitúa en el 10,4 %
-la media del país está en el 4,8 %-, mientras que ciudades como Bochum o
las vecinas Oberhausen y Duisburg están entre las más endeudadas del
país.
Antes incluso de sellar el gobierno federal -de
acuerdo con las autoridades renanas y la industria del sector- el
abandono del carbón ya se habían desmantelado muchas de grandes
explotaciones..
En las últimas décadas la minería
alemana ha subsistido gracias a las subvenciones estatales y se estima
que desde 1996 se destinaron 61.000 millones de euros a ayudas al
carbón.
Para las organizaciones ecologistas, el
cierre de los pozos llega demasiado tarde y los daños por esa demora son
incalculables, a lo que se une que siguen activas algunas explotaciones
a cielo abierto, también en Renania, más dañinas aún para el medio
ambiente.
A ello se une la renta "generacional" que
dejará el cierre, ya que en toda la región se seguirá precisando del
bombeo de las aguas que se acumulen en su perforado subsuelo, tarea que
asumían los consorcios explotadores de la minería y que en el futuro
quedará para la administración pública y propietarios privados.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, recibirá este viernes la
última pieza extraída por el último turno de los mineros de Bochum, en
una ceremonia con fuerte carga emotiva.
Fuera de ese gran acto institucional, el cierre del último pozo estará muy presente en estas festividades por toda la región.
A Santa Bárbara, la patrona de la mineros, están consagradas muchas
iglesias de la región, lo que ilustra el grado de vinculación, no solo
económica, sino también emocional de la población con el sector.
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