El importe registrado en abril es el segundo más bajo del año, después de enero, mes en el que el importe alcanzaba los 57.488 millones de euros y muestra una notable caída respecto a los niveles de febrero y marzo, que superó los 70.000 millones de euros.
Estos datos ponen de manifiesto que las entidades españolas tienen que recurrir en menor medida que antes al institutor emisor europeo para lograr financiación, ya que los mercados han comenzado a reabrirse y se ha recuperado una cierta confianza que les permite prestarse entre ellos, colocar deuda y captar pasivo.
Este importe es el saldo vivo que las entidades residentes en España aún tienen pendiente de devolver al Banco Central Europeo (BCE) como consecuencia de la financiación que el instituto emisor les ha concedido.
La demanda de las entidades se incrementó de manera notable en la segunda mitad del pasado año último año por el cierre de los mercados interbancarios provocado por la crisis subprime, que va camino de cumplir dos años, y que ha restringido una de las principales fuentes de financiación.
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