WASHINGTON.- El centro de Washington
brilla por su riqueza, pero al estar ahí parado entre la multitud que
protesta, Justin Monroe es escéptico de poder ser parte de esa
prosperidad.
"Esto simplemente no es para ciertas personas, para
muchas ciertas personas", dice este afroestadounidense.
"Nosotros no podemos ganar ese dinero. Ellos no quieren que ganemos ese
dinero".
Monroe, de 25 años, es un cocinero de restaurante que
perdió su trabajo por el confinamiento del coronavirus y vive en una
parte de la capital que está separada por un río del centro, donde se
han ubicado muchas oficinas de lujo y los edificios del gobierno.
Considera
como una norma y no como una excepción, la violencia policial que
provocó que las protestas se extendieran en todo el país.
"No me
gustan", dice refiriéndose a los policías. "No me gusta ver a muchos de
mis compañeros de raza recibiendo disparos de la policía".
La
muerte de George Floyd, cuando estaba en custodia de la policía de
Minneapolis, condujo a diversas protestas que exigen el fin de la
violencia hacia los afroestadounidenses, quienes según estudios,
enfrentan un elevado riesgo de morir a manos de las fuerzas del orden.
Sin
embargo la desigualdad que enfrentan los afroestadounidenses va más
allá de la interacción con la policía: desde los bajos salarios hasta
mayores tiempos de desplazamiento, la estructura de la mayor economía
del mundo margina de manera profunda a la población negra.
"Los
afroestadounidenses han participado siempre de lleno en la economía de
Estados Unidos, pero no reciben plenamente" los beneficios, dijo Nicole
Smith, jefa de economía del centro de educación y fuerza de trabajo en
la Georgetown University.
Antes de que
Floyd muriera bajo la rodilla de un policía blanco en una calle de la
ciudad, la pandemia del coronavirus ya había cobrado un precio alto en
Estados Unidos, con la muerte de más de 106.000 personas y la pérdida de
42 millones de empleos.
Incluso la enfermedad
discrimina: los estadounidenses negros constituyen el 13,4% de la
población, pero representan el 22,9% de las muertes por covid-19, según
los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
También
pesan, y mucho, en la tasa de desempleo de 13,4% en mayo, con un ligero
aumento de 16,8% en el caso de los afroestadounidenes, según el
departamento del Trabajo.
Pero la economía puso en desventaja a los afroestadounidenses mucho antes de que llegara la pandemia.
Ellos
ganan 73 centavos por cada dolar que gana un estadounidense blanco, con
una tasa de pobreza dos y media veces más alta, de acuerdo con el
centro de análisis y pensamiento Economic Policy Institute.
La
brecha es tan grande que el Banco de la Reserva Federal de Cleveland
estimó el último año que la riqueza en promedio de las familias blancas
es 6,5 veces mayor que el promedio de las familias de raza negra, una
diferencia muy parecida a la que había en 1962.
En un escenario
optimista, los estadounidenses negros alcanzarán a los blancos en unos
200 años. Pero, debido a la pandemia, el economista investigador de la
Reserva Federal de Cleveland, Dionissi Aliprantis, alertó que "la
mayoría de las brechas aumentarán".
La
propiedad de la vivienda es clave para crear riqueza entre
generaciones, pero un estudio de 2018 de Brookings Institution encontró
que las casas en los vecindarios donde al menos la mitad de los
residentes son negros están valoradas en un 50% menos que los barrios
donde ningún residente es afroestadounidense.
Las personas de
raza negra también dedican más tiempo para ir a trabajar que cualquier
otro grupo, según un estudio de la Universidad de Chicago de 2014, ya
que a menudo viven en vecindarios con menos empleos y peores conexiones
de transporte.
Incluso el nombre puede perjudicarlos, según un
estudio realizado en 2016 por investigadores de la Universidad de
Toronto y de la Universidad de Stanford, los afroestadounidenses que
intentan ocultar su raza en los currículos son contactados por los
empleadores a un ritmo más del doble que los que no lo hacen.
"Definitivamente
estoy en desventaja para uno, que acaba de salir de la universidad y es
una minoría", dijo Emmanuel Sánchez, un estudiante negro que se acerca
al final de sus estudios y que también se unió a las protestas fuera de
la Casa Blanca.
Una gran cantidad de leyes federales prohíben la
discriminación abierta, pero muchos estadounidenses negros dicen que
sienten que la parcialidad es parte de la vida cotidiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario