LONDRES.- El Reino Unido confirmó
el viernes a la Unión Europea que no pedirá ampliar el período de
transición posbrexit, que se extiende hasta finales de este año, antes
de la celebración la próxima semana de una minicumbre virtual con Boris
Johnson.
"He confirmado formalmente que el Reino Unido no
ampliará el período de transición y ha pasado el tiempo de pedir
prórrogas", anunció el ministro del Gabinete, Michael Gove, tras una
reunión en línea con el vicepresidente de Relaciones Institucionales de
la Comisión Europea, Maros Sefcovic.
"Gove no podría ser más claro", dijo este último en rueda de prensa en Bruselas.
El
ministro británico explicó al responsable europeo que "no pedir la
prórroga" fue "la promesa que se dio a los ciudadanos británicos en la
campaña electoral", afirmó Sefcovic, asegurando tomarlo "como una
conclusión definitiva de esta discusión".
Tras un año de bloqueos y
caos político, el Reino Unido salió oficialmente de la UE el 31 de
enero gracias a la aplastante mayoría absoluta obtenida por los
conservadores de Boris Johnson en las elecciones legislativas de
diciembre.
Actualmente el país se encuentra en un periodo de
transición en el que poco cambia, para permitir que Londres y Bruselas
negocien un acuerdo de libre comercio que debe regir sus relaciones
comerciales futuras.
Dicho periodo, que vence el 31 de diciembre,
puede ser ampliado hasta dos años pero para ello Londres debía
solicitarlo antes del 1 de julio.
Tras cuatro rondas de contactos,
realizados por videoconferencia debido a la pandemia de coronavirus,
las negociaciones están bloqueadas en varios puntos claves: las normas
de competencia leal que exige la UE a cambio de un comercio sin cuotas
ni aranceles, el sistema de arbitraje de diferendos o los derechos de
pesca.
Las negociaciones
continuarán en julio, agosto y septiembre, con el objetivo de cerrar un
acuerdo para octubre que deje tiempo a la ratificación por los
diferentes parlamentos antes de finales de año.
Si no hay acuerdo,
las relaciones comerciales entre los dos exsocios pasarían a regirse
por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que impone
aranceles a las importaciones.
Para intentar desbloquear las
conversaciones, el lunes está prevista una cumbre virtual entre el
primer ministro Johnson, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von
der Leyen y el presidente del Consejo Europeo Charles, entre otros.
La
amenaza de una ruptura brutal a finales de año agrava los temores sobre
la economía británica, cuyo PIB se desplomó un 20,4% en abril, primer
mes completo del confinamiento impuesto el 23 de marzo debido al
coronavirus.
En este contexto, el gobierno británico decidió
flexibilizar sus planes para no agravar las dificultades de las empresas
británicas.
Para "tratar en igualdad de condiciones" a los países
con los que comercia, había previsto introducir estrictos controles a
los bienes importados de la UE a partir del 1 de enero de 2021.
Pero
el viernes anunció que los trámites aduaneros a los productos de
importación europeos no se introducirán repentinamente sino por etapas
en los primeros seis meses del año.
"Este enfoque flexible y
pragmático dará a la industria más tiempo para proceder a los cambios
necesarios", subrayó en un comunicado explicando el cambio de rumbo.
"Somos
conscientes del impacto que el coronavirus ha tenido en las empresas
británicas y cuando recuperemos el control de nuestras leyes y fronteras
a finales de este año, adoptaremos un enfoque pragmático y flexible
para ayudar a las empresas a adaptarse a los cambios y oportunidades que
supone estar fuera del mercado único y la unión aduanera", dijo una
fuente del gobierno.
Aún así, el espectro de la ruptura
brusca volvió a despertar las tensiones en la cohesión interna del país:
los jefes de los gobierno semiautónomos del Escocia y Gales escribieron
al ejecutivo de Johnson para pedirle una prolongación del periodo de
transición. Lo contrario sería "extraordinariamente imprudente",
afirman.
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