WASHINGTON.- Las pequeñas empresas estadounidenses podrían necesitar hasta 500.000
millones de dólares al mes para garantizar su supervivencia ante la
crisis del coronavirus, dijo el jueves el jefe de la Fed de Atlanta,
cuando sus colegas expresaron preocupación por la velocidad y amplitud
de la respuesta fiscal del país a una desaceleración económica sin
precedentes.
Una piedra angular del esfuerzo fiscal, el “Programa de Protección de
Cheques de Pago” de 350.000 millones de dólares en préstamos a pequeñas
empresas, ya no tiene dinero, y el debate sobre su expansión se ha
estancado en el Congreso.
Muchas de las empresas más frágiles
-peluquerías y otras tiendas y negocios “familiares”- no pudieron
acceder antes de que se agotara el dinero, reconoció Ashley Bell,
administradora regional de la Administración de Pequeños Negocios, en
una videoconferencia con la Cámara de Comercio de Georgia.
“Sabemos
exactamente dónde debemos concentrarnos después de esto... Nuestros
propietarios únicos y contratistas independientes, salones de belleza y
peluquerías aún no pueden acceder”, dijo Bell.
Dada la velocidad
con la que el coronavirus ha obligado a las empresas a cerrar bajo las
reglas de distanciamiento social, los economistas han instado a un flujo
de dinero igualmente rápido a los hogares y compañías de todos los
tamaños para compensar la pérdida de salarios e ingresos, y permitir un
rápido rebote una vez que la crisis haya pasado.
En
una conferencia telefónica con periodistas el jueves, el jefe de la Fed
de Atlanta, Raphael Bostic, afirmó que las cifras “de referencia”
derivadas del análisis de su personal sugirieron cuán corto pudo haber
quedado el programa de préstamos para pequeñas firmas, y sería un punto
de partida para las discusiones sobre cómo aumentarlo.
“Usar eso
como punto de referencia podría darnos alguna orientación... No sería
bueno perderlos”, comentó Bostic sobre los millones de negocios con
menos de 500 empleados. “Tengo la sensación de que hay muchas empresas
que pueden haber necesitado este apoyo y no lo obtuvieron, y debemos
asegurarnos de que lo reciban”.
En una presentación virtual con
la Cámara de Comercio de Carolina del Norte, el presidente de la Fed de
Richmond, Thomas Barkin, dijo que el desafío en todo el gobierno federal
es garantizar cómo se desembolsan los 2,2 billones de dólares en
programas de emergencia aprobados por el Congreso en marzo.
Los
fondos de emergencia aprobados, desde el ampliado seguro de desempleo
hasta el programa de pequeñas empresas, son “importantes y necesarios”,
aseguró Barkin. “El desafío es llevarlos a los bolsillos correctos en el
momento adecuado”.
El Congreso aprobó el enorme paquete de
emergencia a fines del mes pasado para tratar de proteger a la economía
hasta que se controle el brote de coronavirus y las tiendas y las
empresas puedan reabrir de manera segura.
Pero
la implementación se ha visto frenada por desafíos logísticos. Los
sistemas estatales de desempleo, por ejemplo, todavía no pueden procesar
pedidos de beneficios por desocupación que superaron los 20 millones en
el último mes, con pagos ampliados para incluir a contratistas
independientes en la denominada “gig economy”.
En una entrevista
con Bloomberg Television, el presidente de la Fed de Dallas, Robert
Kaplan, dijo que, en particular, está observando la tensión entre las
organizaciones sin fines de lucro y las compañías de servicios
hipotecarios que son importantes en la industria de financiamiento de
viviendas.
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