BUENOS AIRES.- Argentina, que se
considera a sí misma "en default virtual", presentará el viernes a
acreedores privados una propuesta de reestructuración de deuda con
fuerte quita en los intereses de los bonos y en el monto del capital
adeudado, anunció el gobierno este jueves.
La oferta, que alcanza a
los acreedores privados con deuda emitida bajo jurisdicción extranjera,
implica que en intereses habría una rebaja de 37.900 millones millones
de dólares (62%) y en capital de 3.600 millones (5,4%), con tres años de
gracia -sin pagos- hasta 2023, anunció el ministro de Economía, Martín
Guzmán.
"Hemos tratado de entender las preferencias de los
acreedores, (por eso) la propuesta conlleva mayor reducción de intereses
que de capital", dijo Guzmán, al admitir que el gobierno no llegó a un
acuerdo con los bonistas.
Argentina planteará un canje de bonos
por 66.238 millones de dólares, un monto levemente inferior a los 68.842
millones de dólares que el gobierno se puso como máximo a
reestructurar, indica el detalle de la propuesta oficial conocida luego
del anuncio.
"Proponemos cambiar la estructura de bonos por otra
que implique un período de gracia de tres años. No se pagaría nada en
2020, 2021 y 2022, se pagaría un cupón promedio de 0,5% en 2023 y esas
tasas irían creciendo hasta niveles que son sostenibles", dijo el
ministro, sin precisar el plazo para los nuevos bonos.
Los
bonistas tendrán 20 días para responder si aceptan la oferta. Argentina
tiene que afrontar el 22 de abril un vencimiento por 500 millones de
dólares de estos bonos.
Con
respecto al Fondo Monetario Internacional, organismo al que Argentina
adeuda 44.000 millones de dólares, Guzmán señaló que el gobierno trabaja
en un nuevo programa con esa institución financiera.
"Seguiremos
trabajando con el FMI de forma constructiva, como viene ocurriendo, para
un nuevo programa que implique que Argentina no tenga que hacer ningún
desembolso de pago de capital al FMI en los próximos tres años", indicó.
Argentina
había cancelado en 2006 la totalidad de su deuda por 9.800 millones de
dólares con el FMI, pero en 2018, en medio de una corrida cambiaria, el
gobierno liberal del expresidente Mauricio Macri volvió a acudir al
organismo multilateral que le otorgó un crédito de 57.000 millones de
dólares del cual desembolsó 44.000 millones.
El
presidente Alberto Fernández explicó que Argentina está dispuesta a
pagar su deuda, pero insistió en que eso debe hacerse "sin postergar las
necesidades que el país tenía en diciembre y que se han incrementado a
partir de la debacle por la pandemia" del COVID-19.
Para el
anuncio hecho desde la residencia oficial de Olivos (periferia norte),
Fernández estuvo junto a la vicepresidenta Cristina Kirchner, y se rodeó
de los gobernadores provinciales del oficialismo y la oposición.
"Mañana
(viernes) va a ser un día definitorio. Los mercados van a saber lo que
Argentina está en condiciones de pagar y de cumplir", dijo el
mandatario, para quien Argentina "está en una suerte de default
virtual".
Fernández, quien asumió el gobierno el 10 de diciembre,
ha manifestado reiteradas veces su compromiso de honrar la deuda externa
pero sin desproteger las necesidades de una población con 35,5% de
pobreza, según datos oficiales.
Argentina se encuentra en recesión
desde hace dos años y la más reciente proyección del FMI es de una
profundización, con caída de 5,7% del PIB este año, frente a 2,2% en
2019 y 2,6% en 2018.
"Va a ser
una negociación complicada pero no imposible", estimó Claudio Loser,
exjefe del departamento para las Américas del FMI, al estimar que puede
favorecer al país la situación económica mundial provocada por la
pandemia de coronavirus.
Loser advirtió que "esto es una
negociación. Si los argentinos presentan esto como única opción van a
estar en una situación muy difícil. Tienen que sentarse a negociar".
La
semana pasada, el gobierno postergó por decreto hasta 2021 el pago de
bonos emitidos en dólares en su mercado local bajo legislación
argentina, lo que lo libera de pagar 9.800 millones de dólares en
intereses y amortización de capital este año.
Los antecedentes de
Argentina, que declaró en 2001 un default por más de 100.000 millones de
dólares, le juegan en contra en la negociación con los acreedores
privados, cuyos bonos emitidos bajo legislación extranjera son
susceptibles de ir a arbitraje internacional.
La bolsa argentina cayó 6,21% al cierre este jueves tras conocerse la oferta del gobierno.
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