BRUSELAS/LONDRES.- La Unión Europea (UE) y
el Reino Unido cruzaron acusaciones este viernes sobre la falta de
progresos en la negociación sobre su futura relación comercial,
interrumpida por la crisis del coronavirus.
"El Reino Unido no
quiso comprometerse seriamente en un cierto número de cuestiones
fundamentales", lamentó en rueda de prensa el negociador europeo, Michel
Barnier, para quien sólo se realizaron progresos "tangibles (...)
parcialmente".
Tras esas declaraciones, el Reino Unido insistió en que buscará un acuerdo de comercio posBrexit con la Unión Europea.
"El
Reino Unido sigue comprometido con un acuerdo que contenga como base un
Tratado de Libre Comercio", precisó el gobierno británico, que sin
embargo reconoció que persisten "importantes diferencias de principio en
otras áreas".
Barnier y su par británico, David Frost, reanudaron
el lunes la negociación comercial entre ambos con una segunda ronda por
viodeoconferencia, prevista inicialmente en marzo pero que se postergó
por la irrupción del coronavirus en Europa.
Pero el tiempo
apremia. Tras el divorcio consumado en enero, Londres y Bruselas se
dieron 11 meses para destejer décadas de estrechos vínculos económicos,
con un momento clave en junio, cuando ambos deben decidir si prorrogan
la negociación.
En la práctica, el Reino Unido no forma parte del
bloque, pero sigue cumpliendo sus normas y dentro del mercado único, así
como de la unión aduanera, durante un período de transición hasta el 31
de diciembre mientras busca un acuerdo con la UE.
Pese al llamado
reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) a prorrogar la
transición para no sumar "incertidumbre" a una coyuntura económica
marcada por una profunda recesión en 2020 por la COVID-19, el gobierno
británico rechaza este escenario.
"El Reino Unido no puede
negarse a ampliar la transición y, al mismo tiempo, ralentizar las
discusiones sobre áreas importantes", criticó el negociador europeo,
urgiendo a conseguir "progresos reales" para junio a fin de lograr un
acuerdo para fines de diciembre.
La segunda ronda de negociaciones celebrada esta semana
sirvió para confirmar los escollos en la negociación detectados en la
primera iniciada el 2 de marzo: la pesca, la competencia desleal, la
gobernanza del acuerdo y la futura cooperación judicial.
"Básicamente,
no ha avanzado ni un ápice", resumió una fuente europea, para quien "el
problema es que el Brexit se ha convertido en el último mono con la
pandemia". "Hay una falta de atención política (...) y un cansancio",
agregó.
Sobre la sensible cuestión del acceso de buques
europeos a aguas británicas, Barnier confirmó que el Reino Unido no
presentó aún una propuesta de texto legal, pese a que ambas partes se
comprometieron a llegar a un acuerdo sobre el tema para julio.
Y "si no hay acuerdo
sobre pesca, no habrá acuerdo comercial. Es tan simple como esto. Yo
pienso que el Reino Unido ha recibido el mensaje", apuntó el responsable
francés, quien ya negoció el acuerdo de divorcio actualmente en vigor.
En
caso de no alcanzar un acuerdo, las reglas de la Organización Mundial
del Comercio (OMC) se aplicarían a la relación comercial entre ambos, lo
que se traduce en aranceles más elevados y la reintroducción de
barreras aduaneras.
Los europeos querrían que los británicos respeten sus
normas en materia laboral, fiscal, medioambiental y de ayudas públicas
para evitar un competidor desleal a sus puertas, pero Londres lo rechaza
en nombre "del control de sus propias leyes".
Los desacuerdos
llegan también hasta la forma que adoptará el futuro acuerdo que
consumará el "Brexit económico" tras el "político", según Barnier. La UE
aboga por un acuerdo global, pero el Reino Unido prefiere una serie de
diferentes pactos.
Pese a las diferencias, el responsable francés
consideró que estas son "aún superables" en las dos rondas de
negociación previstas las semanas del 11 de mayo y 1 de junio, antes del
plazo clave de junio, pero "con voluntad, realismo y respeto mutuo".
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