BRASILIA.- El gobierno brasileño
redujo este viernes drásticamente su proyección de crecimiento económico
en 2020, de 2,1% a un resultado casi nulo de 0,02%, debido a la crisis
sanitaria mundial.
El Ministerio de Economía ya había recortado el
11 de marzo su previsión de crecimiento de 2,4% a 2,1%, en una primera
evaluación del impacto de la epidemia del nuevo coronavirus en la mayor
economía latinoamericana.
Esta nueva revisión dejaría a Brasil al borde de una nueva
recesión, después de la de 2015-2016, de la que nunca consiguió emerger
por completo.
El año pasado, el PIB de Brasil creció 1,1%,
decepcionando a los mercados que habían apostado por la elección del
presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro y su plan de ajustes fiscales y
privatizaciones impulsado por su ministro de Economía Paulo Guedes.
Las
expectativas de repunte se renovaron después de la aprobación en
octubre de la reforma del régimen de jubilaciones, una de las más
delicadas socialmente, pero la pandemia surgida a fines del año pasado
en China dio un parate a la economía mundial.
"Teníamos una expectativa
de crecimiento del PIB de 2,4% a 2,5% este año, pero el coronavirus
cambió todo", afirmó Jefferson Laatus, estratega jefe del Grupo Laatus.
La
crisis, que desde el punto de vista sanitario apenas empieza en Brasil
(con 6 muertos y unos 600 casos declarados), afecta a este país por
varios canales: el de sus exportaciones de materias primas, el de las
importaciones de componentes industriales y el de la fuerte depreciación
del real, que en lo que va del año se hundió un 25% frente al dólar.
Tras el anuncio de la nueva previsión, la Bolsa de Sao
Paulo, que subía más de 2%, invirtió la tendencia y media hora antes del
cierre caía 1,86% este viernes.
Desde el 23 de enero, cuando se
dio el alerta mundial por el coronavirus, el índice Ibovespa se derrumbó
más de 40%. En lo que va del mes, tuvo seis interrupciones de sesiones,
para temperar caídas que superaban el 10%.
El
Congreso aprobó este viernes la declaración del "estado de calamidad",
que permitirá destinar fondos a paliar la crisis, profundizando el
déficit fiscal previsto para 2020.
El Banco Central redujo por su
lado esta semana su tasa básica a un nuevo mínimo histórico de 3,75%, a
fin de incentivar la inversión y el consumo.
El gobierno anunció
además un plan de ayuda económico de 147.300 millones de reales (uns USD
30.000 millones) en los próximos tres meses. Buena parte de ese dinero
estará destinado a acudir en ayuda de los sectores más pobres, aunque
la suma parece ampliamente insuficiente en un país que tiene casi 12
millones de desocupados y 4,7 millones que desistieron de buscar empleo
por falta de oportunidades.
La
nueva previsión oficial de un crecimiento casi nulo parece incluso
optimista en comparación con algunas de las proyecciones elaboradas por
el Centro de Estudios en Macroeconomía Aplicada de la Fundación Getúlio
Vargas (FGV). En el peor de esos escenarios, que combina un
estancamiento interno con un cuadro mundial similar al de la crisis
financiera de 2008, habría una recesión con contracción del PIB de 4,4%.
Todos esos escenarios contemplan un repunte en 2021, que va de 1,1% a 2%.
"Hubo
un choque inesperado y transitorio en la economía mundial, que también
afectó a la economía brasileña", expresó de su lado el ministerio en una
conferencia de prensa en Brasilia.
El gobierno se muestra sin
embargo prudente sobre el futuro, que dependerá de "la duración de la
crisis actual y de su magnitud en otros países".
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