PARÍS.- El nuevo coronavirus,
considerado por China como su "emergencia sanitaria más grave" desde
1949, obligó el domingo a Corea del Sur a proclamar la alerta máxima, a
Italia a establecer la cuarentena en varias ciudades, y varios países
cerraron sus fronteras con Irán, principales focos del COVID-19.
Frente
a la multiplicación de casos en Irán (43 en total) y ocho muertos,
Turquía, Jordania, Pakistán, Afganistán, Armenia cerraron sus fronteras o
restringieron sus viajes con ese país.
Durante una reunión del G20 en Arabia Saudita, la
directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina
Georgieva, dijo que el coronavirus "ha perturbado la actividad económica
en China y podría poner en peligro la recuperación" de la economía
mundial.
El virus, que apareció en diciembre en la ciudad china de
Wuhan, se cobró 2.592 vidas y contaminó a unas 77.000 en China
continental, además de haberse propagado por dos docenas de países donde
ha dejado 26 muertos.
El coronavirus constituye la "emergencia
sanitaria más grave" en China desde la fundación del régimen comunista
en 1949, declaró el domingo el presidente Xi Jinping, que reconoció
"deficiencias" en la respuesta a la epidemia.
Ante el rápido
aumento de contagios, el presidente surcoreano Moon Jae-in decidió
establecer "el más alto" nivel de alerta. La epidemia de COVID-19 está
"en un momento decisivo. Los próximos días serán cruciales", dijo.
Exceptuando
el foco de infección del crucero "Diamond Princess" en Japón, Corea del
Sur es, con 763 casos de contagio, entre ellos unos 300 de la secta
cristiana Shincheonji, y siete muertos, el país con el mayor número de
enfermos después de China.
Dieciocho miembros de la secta
diagnosticados positivo volvían de un viaje de peregrinación a Israel,
donde se declaró un primer caso y cerca de 200 estudiantes que
estuvieron en contacto con turistas surcoreanos están en cuarentena.
Ante
este cuadro, el presidente surcoreano, Moon Jae-in elevó el alerta
sanitario en el país a "rojo", el nivel más elevado, y admitió que "los
próximos días serán cruciales" para el país.
En Italia, unas 52.000 personas se despertaron el domingo en zonas de cuarentena instauradas en Lombardía y Véneto.
La primera medida de
confinamiento en el mundo fue decidida el 23 de enero para los 11
millones de habitantes de Wuhan, ciudad del centro de China donde surgió
la epidemia.
Este lunes, sin embargo, autoridades sanitarias
chinas anunciaron que los no residentes de Wuhan que no presenten
síntomas ni hayan estado en contacto con pacientes serían autorizados a
salir de la ciudad.
En tanto, las autoridades del norte de Italia decidieron
el cierre de escuelas, museos, teatros, cines y lugares de reunión y
suspendieron el Carnaval de Venecia y todos los eventos deportivos en la
región, ante la multiplicación de los casos de coronavirus, que ha
causado en tres días tres muertes, la última, este domingo, de una
anciana que padecía cáncer.
En total hay 149 contagiados en Italia, lo que le convierte en el país de Europa con más casos, según Protección Civil.
Unas 52.000 personas pasaron el domingo en áreas de cuarentena en las regiones de Lombardía y Véneto.
Los
países vecinos de Italia, como Francia, Suiza y Austria siguen con
atención la evolución de la situación en la península, y se preparan
para una "epidemia" de COVID-19. El nuevo ministro de Salud Olivier
Veran estima "muy probable" la posibilidad de nuevos casos en Francia.
Las
autoridades italianas llegaron a cerrar el domingo un importante paso
ferroviario en la frontera con Austria, ante sospechas de dos casos de
contagio en un tres de pasajeros, pero los resultados fueron negativos y
el paso fue reabierto en la madrugada.
Como en Italia, Irán, con
ocho muertos, el país con más víctimas mortales fuera de China, y 43
infectados adoptó medidas drásticas para luchar contra la epidemia,
entre ellas el cierre de los establecimientos educativos en 14
provincias.
Las autoridades de Teherán, anunciaron este domingo
que la capital de 8 millones de habitantes será puesta en cuarentena si
aumentan los casos.
En China, las autoridades
reportaron el lunes otros 150 pacientes muertos, 149 de ellos en la
provincia de Hubei. Las mismas fuentes anunciaron que se habían
registrado 409 nuevos casos confirmados de contagio.
Sin embargo, el aspecto que más preocupa a la comunidad internacional en esta fase es la rapidez de la expansión de la epidemia.
La OMS teme "la posible propagación del COVID-19 en los
países cuyos sistemas de salud son más precarios", advirtió su director
general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Un estudio publicado por el
centro de enfermedades infecciosas del Imperial College de Londres
estima que "alrededor de dos tercios de los casos de COVID-19 salidos de
China quedaron sin detectar a nivel mundial".
"La epidemia del
COVID-19 ha dado un profundo giro estas últimas 48 horas. La OMS y sus
Estados miembros deben reflexionar y pasar de una estrategia de
contención a otra para paliar" la epidemia, afirmó el profesor Devi
Sridhar, de la Facultad de Medicina de Edimburgo (Gran Bretaña), que
alertó que lo que pasa en Italia o en Corea del Sur "podría ocurrir en
cualquier lugar del mundo".
Para la doctora Nathalie MacDermott,
del King's College de Londres, la evolución de la epidemia es "muy
preocupante" por la dificultad para identificar a la persona que está en
el origen de los últimos focos epidémicos.
En este sentido, Japón
confirmó el domingo que una expasajera del crucero "Diamond Princess"
que había sido liberada para retornar a casa al arrojar resultado
negativo al contagio, fue finalmente diagnosticada con el COVID-19.
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