BRUSELAS.- Los
ministros de Economía y Finanzas del área del euro, el Eurogrupo,
debatirán este lunes la posibilidad de aportar fondos adicionales al
llamado presupuesto para la eurozona, un mecanismo destinado a financiar
reformas e inversiones cuya dotación inicial sería de apenas 13.000
millones de euros para siete años.
Además
los ministros abordarán por primera vez la revisión de las normas
fiscales europeas puesta en marcha este mes por la Comisión Europea, así
como las últimas previsiones macroeconómicas de Bruselas, que apuntan
ya al riesgo del coronavirus para una economía de la eurozona que verá
estancarse el crecimiento.
En
2018 el Eurogrupo inició una negociación destinada a establecer un
presupuesto propio para el área de la moneda única que sirviese como
escudo ante futuras crisis, pero tras meses de negociaciones el único
consenso posible fue la creación, en 2019, de un "instrumento
presupuestario" que se limite a fomentar la competitividad y la
convergencia entre los países del euro.
Aunque
se trataría de un primer paso hacia un auténtico presupuesto, la
dotación prevista por el momento se queda muy lejos de las ambiciones
iniciales de algunos países, ya que contaría con 12.903 millones de
euros para el periodo 2021-20217, según la última propuesta de
presupuesto plurianual para la Unión Europea, presentada el viernes
pasado.
Sin
embargo, a iniciativa de Francia y Alemania, los ministros han
estudiado la posibilidad de que los 19 países de la eurozona aporten
fondos adicionales a este instrumento a través de un acuerdo
intergubernamental, algo que no convence a todos los países.
El
acuerdo que podrían cerrar mañana los ministros va en la línea de
permitir este arreglo intergubernamental, siempre y cuando la aportación
de fondos sea voluntaria, según fuentes del Ministerio español de
Economía.
Aunque
España hubiera preferido que la participación fuese obligatoria, el
Gobierno apoyará este consenso puesto que "ahora mismo no están las
cosas como para imponer a todos los demás países" la participación, y
con la expectativa de que al final todos acaben sumándose
voluntariamente, señalan estas fuentes.
Fuentes
europeas admiten que los países están "bastante divididos" sobre la
cuestión, pero inciden en que el objetivo es dar claridad a los líderes
europeos sobre cómo se financiaría el instrumento, para que puedan
tenerlo en cuenta al negociar el presupuesto comunitario 2021-2027 en su
cumbre del jueves.
Por
otra parte, los ministros debatirán por primera vez la revisión que
aspira a simplificar las normas europeas de disciplina presupuestaria,
con vistas a que la Comisión Europea pueda proponer oficialmente cambios
a finales de año.
Aunque
los puntos de partida son diferentes, los países coinciden en la
"prudencia a la hora de meterse en una gran reforma sin tener un
objetivo claro", explican fuentes europeas.
España
es partidaria de proponer reformas concretas, sin abrir todo el marco
regulador, y aboga por dar más peso a criterios que sean fáciles de
medir, como la deuda pública o la regla del gasto, en detrimento de
algunos muy complejos usados hasta ahora, como el déficit estructural o
el crecimiento potencial.
El
Eurogrupo examinará también las previsiones macroeconómicas de la
Comisión, que vaticinan que el crecimiento en la eurozona se estancará
en el 1,2 % en 2020 y 2021 y advierten de riesgos como la incertidumbre
sobre la nueva relación con el Reino Unido o el coronavirus, del que
espera un impacto limitado a nivel global.
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