MOSCÚ.- Entre enero y noviembre de 2019 las exportaciones rusas de crudo han
crecido un 3,8% frente al mismo periodo de 2018, dicen los datos
publicados por el Servicio Federal de Aduanas de Rusia. Esta mejora se
debe a las sanciones impuestas a Irán y Venezuela, indicaron desde el
Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia.
Venezuela
Las exportaciones procedentes de Venezuela se desplomaron un
32% en 2019 mientras que la escasez de personal cualificado y la del
capital contribuyeron a que la producción en el país caribeño cayese
hasta el nivel más bajo en casi 75 años, dicen datos publicados por la
empresa Refinitiv Eikon.
Hoy en día Venezuela produce unos 700.000 barriles diarios.
Es un volumen muy pequeño en contraste con el que registraba hace cinco
años, antes de que el presidente estadounidense Barack Obama
introdujera las primeras sanciones a Caracas en 2015. En aquel entonces
Venezuela producía unos 3,2 millones de barriles diarios, recuerda el portal Oil Price.
Las plantas refinadoras de EEUU fueron las más afectadas por la política
de sanciones que la Administración Trump había estado aplicando
respecto a Caracas. El año pasado Venezuela enviaba tan solo 43.000
barriles diarios a EEUU mientras que sus exportaciones a China superaban
319.000.
Como resultado, los usuarios estadounidenses del crudo pesado
producido en Venezuela tuvieron que buscar una alternativa y la
encontraron en Rusia. En la primera mitad de mayo de 2019 los 13 buques
transportaron a EEUU casi cinco millones de barriles de crudo y los derivados de petróleo procedentes de Rusia.
Irán
Mientras tanto la producción de petróleo en Irán —que había
sido el tercer productor más grande en la Organización de Países
Exportadores de Petróleo antes de que EEUU impusiera sus sanciones — se
redujo en otros 45.000 barriles diarios hasta situarse en noviembre en un poco más de dos millones.
A modo de comparación, en 2017 la producción de petróleo en el país persa superó los 3,8 millones de barriles diarios, según, escribe el portal Oil Price.
Las sanciones impuestas por EEUU a este país obligaron a que la nueva refinería Star Refinery
situada en Turquía buscase alternativas con las que poder compensar la
pérdida del crudo iraní y adquirió a la empresa rusa Rosneft acerca de
un millón de toneladas de petróleo de la marca Urals.
Al tropezar con la escasez del crudo pesado los importadores
de todo el mundo hicieron cola para comprar este tipo de hidrocarburos a
Rusia. Las refinerías petroleras de Europa fueron las primeras en
sentir el déficit del oro negro, sobre todo, después de que los
participantes del acuerdo OPEP+ cortaran la extracción del crudo pesado.
Por ejemplo, dos mayores fabricantes de este tipo de hidrocarburos en
la OPEP, Arabia Saudí e Irak, redujeron la producción en 50.000
barriles diarios, cada uno. Como resultado, los suministros petroleros
de Arabia Saudí se situaron a unos 500.000 barriles diarios por debajo
de su objetivo fijado para 2019.
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