WASHINGTON.- A medida que la tasa de nacimientos en Estados Unidos cae y la falta
de mano de obra empeora, la política del presidente Donald Trump contra
los inmigrantes podría empeorar la situación para algunos negocios.
Trump
y otros partidarios de endurecer los controles migratorios afirman que
los trabajadores inmigrantes poco calificados compiten por los puestos
de trabajo estadounidenses y provocan que los salarios caigan para todos
los empleados.
Pero un creciente número de investigaciones
sostienen lo contrario: prescindir de los trabajadores inmigrantes puede
ser destructivo, ya que puede acarrear pérdida de puestos de trabajo,
salarios más bajos, cancelación de inversiones y servicios menos
asequibles, incluso para los estadounidenses.
Según Pew Research
Center, alrededor de 7,6 millones de inmigrantes trabajan sin
autorización en Estados Unidos, un 4,6% de la mano de obra del país, una
cifra que se va reduciendo a pesar de que hay un demanda fuerte de
estos trabajadores.
Los inmigrantes trabajan en el procesamiento
de alimentos, la agricultura y la hostelería, así como en restaurantes,
en la construcción y en el cuidado de niños.
Un estudio de
Academia Nacional de Ciencias reveló en 2016 que había "pocas pruebas"
de que los inmigrantes afectaran el mercado laboral de los nacidos en
Estados Unidos.
Y Julie Hotchkiss, economista del Banco de la
Reserva Federal de Atlanta, examinó los registros de empleadores y
salarios del estado de Georgia y descubrió que las empresas que
contratan a trabajadores no autorizados realmente pagan a sus empleados
que sí lo están salarios más altos y permanecen en el negocio por más
tiempo.
"Veo un impacto neto positivo por la presencia de estos trabajadores", dijo matizando que esta es su propia visión.
El
trabajo para estadounidenses en realidad cayó un 0,7% en las
comunidades donde las autoridades deportaron a medio millón de
inmigrantes, principalmente hispanos, entre 2008 y 2015, según una
investigación publicada en diciembre por economistas de las
universidades de Colorado y California.
Los inmigrantes poco
calificados a menudo "complementan" a los trabajadores nativos más
calificados y legalmente autorizados, lo que permite a las empresas
prosperar y emplear a más trabajadores en general, dijeron.
Un
camarero que hable inglés, por ejemplo, perderá su trabajo si los
cocineros y los que friegan los platos se van y el restaurante cierra.
Un
constructor con calificación podría no hacer un trabajo sin la mano de
obra poco calificada de los inmigrantes, necesaria por ejemplo para
tareas preliminares como la demolición.
El envejecimiento de la
población y la disminución de las tasas de natalidad en México, entre
otros factores, significan que este vecino de Estados Unidos ya no es la
mayor fuente de inmigrantes, dijo Randy Capps, director de
investigación del Instituto de Política Migratoria.
En cambio, los
que llegan ahora provienen en gran parte de Centroamérica, entre ellos
muchos niños y abuelos que buscan asilo y que no están en edad de
trabajar, dijo.
"No estamos obteniendo la misma oferta de mano de
obra de la migración no autorizada que teníamos antes de la recesión",
dijo Capps.
Estos cambios en la oferta de mano de obra migrante
pueden estar apareciendo en los datos económicos. Desde 2018, por
ejemplo, el costo de la jardinería y el cuidado del césped, un servicio
que los migrantes realizan con frecuencia, ha aumentado entre tres y
cinco veces más que la inflación general, según las cifras del
Departamento de Trabajo.
Los empresarios estadounidenses sostienen
con frecuencia que los trabajadores locales no harán algunos trabajos
que los inmigrantes sí hacen, como recoger cangrejos o sacrificar
animales en plantas de alimentos.
Estadounidenses corrieron en
agosto a ocupar puestos de trabajo en una planta de procesamiento de
pollo de Mississipi después de que agentes federales atraparan a cientos
de inmigrantes hispanos.
Pero no está claro si hubo suficientes
solicitantes para ocupar todas la vacantes abiertas o cuánto tiempo
aguantaron en su nuevo empleo.
Steven Camarota, investigador de
políticas en el Centro de Estudios de Inmigración, cuyo trabajo ha sido
citado por la Casa Blanca, dijo que los trabajadores migrantes
compiten por puestos con trabajadores estadounidenses poco calificados,
especialmente aquellos sin diplomas de secundaria.
"¿Cómo resulta
útil atraer a más trabajadores inmigrantes si todos estamos de acuerdo
en que estamos tratando de mejorar las condiciones laborales, si estamos
tratando de traer a algunas de estas personas de vuelta al mercado
laboral?", dijo.
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