PARÍS.- Decenas de miles de
personas se manifestaron este viernes en una nueva jornada de protestas
contra la reforma del sistema de pensiones en Francia, que coincidió con
su presentación al Consejo de Ministros, tras semanas de una huelga
histórica.
"Macron renuncia", gritaron los manifestantes en París
en referencia al presidente Emmanuel Macron, que hizo de la reforma de
las pensiones su proyecto emblemático.
La manifestación reunió a 249.000 personas en toda
Francia, de ellos 31.000 en París, según el Ministerio del Interior. La
CGT, el sindicato a la vanguardia de la protesta, habló de 1,3 millones
en Francia, de ellos entre 350.000 y 400.000 en París.
"Este
movimiento sigue siendo masivo, tenemos tasas de huelga importantes, es a
largo plazo y no es obra de algunas personas marginales", afirmó Benoît
Teste, secretario general de la FSU, mayoritaria en la Educación,
sector donde la oposición al proyecto es fuerte.
En el día 51 de
un movimiento que comenzó el 5 de diciembre -una duración excepcional,
incluso en una Francia habituada a los movimientos sociales-, "la
movilización sigue siendo importante", aseguró Philippe Martinez,
secretario general del CGT. "El gobierno juega a la terquedad, debemos
continuar presionándolo", estimó.
El proyecto, que busca fusionar
en uno solo los 42 regímenes de pensiones actuales, e instaurar un nuevo
sistema de cálculo, por puntos, fue presentado en el Consejo de
Ministros.
La reforma contempla atrasar a los 64 años la edad
obligatoria para cobrar una pensión completa, dos más que actualmente.
Frente a la oposición sindical, el gobierno retiró "provisionalmente"
este segundo punto, pero exige a cambio que las organizaciones
sindicales y patronales hallen soluciones para garantizar el equilibrio
del sistema de pensiones.
El proyecto debe ser debatido en el
Parlamento a partir del 17 de febrero con miras a una primera votación a
principios de marzo.
Macron asegura que el nuevo sistema será más
transparente y más justo, en especial para las mujeres y los
trabajadores con ingresos bajos como los agricultores.
Se trata del séptimo día de protestas multitudinarias desde que se inició la huelga.
"Creo que los franceses se cansaron de esta huelga", estimó el secretario de Estado de Transportes, Jean-Baptiste Djebbari.
"Claro
que es complicado, pero estoy de acuerdo con los huelguistas. Me
gustaría incluso que otras categorías profesionales se unieran a la
huelga", dijo Audrey, una enfermera de 34 años, bloqueada durante tres
horas en Lille (norte) debido a la supresión de su tren.
Las
líneas de metro de París tuvieron el viernes fuertes retrasos, aunque el
servicio había prácticamente vuelto a la normalidad esta semana,
después de que los sindicatos optaran por otros formatos de protesta,
como el bloqueo de puertos, los cortes de electricidad y acciones más
mediáticas.
El tráfico ferroviario se vio menos afectado y los trenes internacionales funcionaban con normalidad.
La Torre Eiffel cerró, debido a que parte de sus trabajadores se unieron a las protestas.
El
apoyo a la movilización es desigual: según una encuesta BVA publicada
el viernes, el 70% de los franceses estima que el movimiento debe
continuar. Pero otra encuesta de opinión, realizada por Odoxa, estima
que un 56% de los franceses quiere que la huelga "se detenga".
En
manifestaciones previas se registraron actos de vandalismo y
enfrentamientos con las fuerzas del orden, promovidos esencialmente por
radicales de extrema izquierda "black bloc", que se saldaron con decenas
de heridos y de detenciones. El gobierno ha sido acusado de consentir
la mano dura de la policía.
Por ahora, el Banco de
Francia no prevé que la huelga haga mella en la economía francesa,
aunque muchas empresas dieron cuenta de una caída de sus ingresos
durante el periodo de Navidad, especialmente en París.
Analistas
de IHS Markit indicaron el viernes que su índice sobre la actividad
económica francesa se ralentizó en enero respecto al mes interior, lo
que representa "la tasa más baja de expansión desde septiembre pasado".
El
principal sindicato de Francia, el moderado CFTD, suspendió su huelga a
la espera de mantener conversaciones con el gobierno sobre la
financiación de la reforma, pero otros sindicatos exigen el abandono
completo del proyecto.
El viernes, los sindicatos FO y CGT, los
principales del sector público, llamaron a una nueva jornada de
protestas el próximo miércoles.
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