PARÍS.- El líder opositor
venezolano Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de
Venezuela por medio centenar de países, instó este viernes en París a la
diáspora venezolana a que siga unida y alzando la voz, tras reunirse
con el presidente francés, Emmanuel Macron.
La reunión con
Macron, que tuvo lugar a puerta cerrada y sin comparecencia ni
comunicado posterior, duró cerca de una hora, según fuentes próximas al
opositor venezolano, que indicaron que antes había conversado con el
canciller francés, Jean-Yves Le Drian, y que después visitó el Senado.
Del encuentro con el mandatario francés, Guaidó señaló que
se trataron temas de la "agenda europea" y de la necesidad de "contener
una potencial catástrofe que hoy es ya una emergencia humanitaria sin
precedentes en América Latina", en alusión a Venezuela.
El dirigente difundió en Twitter fotos suyas estrechando la mano con Macron, agradeciéndole "su respaldo".
Por
su parte, Macron escribió por la noche en esa red social que "Francia
apoya la organización rápida de unas elecciones presidenciales libres y
transparentes".
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, le
respondió: "Un gobierno sordo y arrogante" ante las protestas que se
registran en Francia en los últimos meses, "no puede darle lecciones de
democracia a nadie".
En plena gira europea, Guaidó visitó Londres,
Bruselas y Davos esta semana, antes de desplazarse a París, y el sábado
tenía previsto viajar a Madrid, donde será recibido por la ministra de
Relaciones Exteriores, Arancha González.
"Tenemos las mejores
relaciones con España. España es aliado de la democracia, de la
libertad. Espero y estoy seguro de que se va a mantener de esa manera",
declaró el líder opositor ante la prensa el viernes por la noche, antes
de un acto con de 200 miembros de la diáspora venezolana en París.
En su intervención, Guaidó reclamó el "apoyo" de los migrantes para hacer frente a una "emergencia humanitaria compleja".
"La
clave es unirnos, todos empujando en la misma dirección", recalcó el
líder opositor ante sus simpatizantes, que lo recibieron en pie,
aplaudiendo y con vítores, y entonaron el himno de Venezuela.
Afuera,
unas 20 personas se concentraron, de forma pacífica, para protestar
contra el político, con pancartas en las que lo acusaban de "traidor" y
"asesino" y gritando lemas a favor del presidente venezolano, Nicolás
Maduro.
Por la noche, Guaidó hizo un
llamado para que los venezolanos en el exterior mantengan viva la
protesta y traten de combatir la "frustración", mientras que algunos
sondeos reflejan una bajada de su popularidad en el país ante la
imposibilidad de desplazar a Maduro del poder. Según la encuestadora
venezolana Datanálisis, cayó de 63% a 38,9% en 12 meses.
"Todos
tenemos un rol en esta etapa de la lucha", enfatizó Guaidó. "Necesitamos
a todo el mundo, literalmente", incluida la Fuerza Armada.
"Los
militares, queramos o no (...) son una variable para la decisión",
aseveró, y afirmó que "con absoluta certeza el 80% de ese cuerpo está a
favor del cambio", pero que tienen "miedo".
En el discurso, de una media hora, llamó a los emigrados a "generar tensión", "alzar la voz, protestar" y "volver a la calle".
"No
están solos", señaló Guaidó, pidiendo a los asistentes que "no
escatimen en asociaciones, en fundaciones, en enviar apoyo al país de
manera más transparente cada vez".
Una
de esas emigrantes es Luisa Rojas, una músico venezolana de unos 50
años que, como sus cuatro hermanos, tuvo que abandonar su país, cuya
situación ve "muy muy complicada". "Estamos secuestrados por una mafia,
ahí no hay gobierno, eso es una mafia de criminales", denunció tras el
discurso del líder opositor.
Y aseguró: "Todos apoyamos a Guaidó".
Según
cifras de Naciones Unidas, 4,6 millones de venezolanos abandonaron su
país desde finales de 2015, en lo que se ha considerado el mayor éxodo
de la región en las últimas décadas.
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