MOSCÚ.- La canciller de Alemania, Angela Merkel, y el portavoz del Kremlin
mostraron el miércoles su oposición a las sanciones que planea aprobar
Estados Unidos contra el proyecto Nord Stream 2, un gasoducto gigante
que transportará gas ruso hasta Alemania a través del Báltico.
Merkel expresó su rechazo a las sanciones que pretende imponer EEUU a
las compañías que trabajan en la construcción del gasoducto porque
tienen un efecto extraterritorial.
Por su parte, el portavoz del
Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el miércoles que las sanciones constituyen
una violación del derecho internacional y un ejemplo de competencia
desleal.
El Senado de EEUU aprobó el martes un texto legal para
la imposición de sanciones a las empresas que participen en la
construcción del gasoducto submarino.
El Senado aprobó el
proyecto de ley de política de defensa de Estados Unidos con el respaldo
de los senadores Ted Cruz, republicano, y Jeanne Shaheen, demócrata, en
el cual se contempla la imposición de sanciones a las empresas que
tomen parte en la instalación de gasoductos para el proyecto Nord Stream
2, de 11.000 millones de dólares. El documento legal será remitido
ahora a la Casa Blanca, donde se espera que el presidente Donald Trump
lo sancione con su firma.
No está claro si esta medida retrasará
la finalización del proyecto, pero Moscú espera que se complete, indicó
Peskov el miércoles.
El senador Jim Risch, republicano y presidente de la Comisión de
Relaciones Exteriores del Senado, dijo que las sanciones impedirán la
finalización del proyecto, considerándolas una “herramienta importante
para contrarrestar la influencia maligna de Rusia y proteger la
integridad del sector energético europeo”.
El proyecto Nord
Stream 2, liderado por la empresa estatal rusa Gazprom, permitiría a
Rusia eludir a Polonia y Ucrania para proveer de gas a Alemania a través
del mar Báltico. Los senadores estadounidenses dicen que Ucrania podría
perder miles de millones de dólares en concepto de tasas de tránsito si
llega a construirse.
La administración Trump, al igual que la
anterior administración Obama, se ha opuesto al proyecto, diciendo que
aumentaría el control político de Rusia sobre Europa. Washington ha
promovido las exportaciones de gas natural licuado de EEUU para
proporcionar a Europa alternativas al gasoducto ruso.
El ministro
alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Mass, ha rechazado las sanciones de
Estados Unidos como una “injerencia extranjera”, existiendo en la
economía más grande de Europa la preocupación de que las medidas puedan
retrasar la finalización del proyecto.
Un documento del
Ministerio de Economía de Alemania citado por el periódico Bild mostró
que Berlín cree que las sanciones estadounidenses podrían afectar la
construcción del gasoducto frente a Dinamarca.
El proyecto de ley
se dirige a las empresas con sede en Europa occidental que están
instalando el gasoducto. La empresa suizo-holandesa Allseas, que está
construyendo un gasoducto frente a la isla danesa de Bornholm, también
podría verse afectada. Las sanciones requerirían que el secretario de
Estado de Estados Unidos emita un informe en un plazo de 60 días sobre
los buques que están trabajando en el tendido de tuberías para los
gasoductos Nord Stream 2 y TurkStream.
Si una empresa
aparece en este informe, Washington la incluiría en su lista negra a
menos que el presidente estadounidense determine que la empresa está
dando marcha atrás a las operaciones. El presidente también podría
renunciar a las sanciones basándose en consideraciones de seguridad
nacional.
El viceprimer ministro de Rusia, Dmitry Kozak, dijo el
mes pasado que se esperaba que Nord Stream 2 comience a funcionar a
mediados de 2020, si bien Gazprom dijo que el plazo dependerá del clima.
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