WASHINGTON.- La Cámara de
Representantes de Estados Unidos aprobó el miércoles cargos de abuso de
poder y obstrucción del Congreso contra el presidente Donald Trump,
abriendo la vía para un juicio en el Senado para su destitución.
Controlada
por la oposición demócrata, la Cámara baja convirtió así a Trump en el
tercer mandatario en la historia de Estados Unidos en ser llevado a
juicio político, luego de Andrew Jonhson en 1868 y de Bill Clinton en
1998.
Trump fue acusado de abusar de su cargo por pedir a
Ucrania investigar a su posible rival electoral en 2020 Joe Biden, y de
bloquear los esfuerzos de los legisladores para investigar sus acciones.
La Cámara baja, de 435 miembros, aprobó el primer cargo por 230 votos
contra 197, en tanto el segundo se adoptó por 229 contra 198.
Trump
enfrentará un juicio en el Senado, donde se necesitan al menos 67 votos
para removerlo del cargo. Es poco probable que esto ocurra ya que en la
Cámara alta sus aliados republicanos detentan 53 de los 100 escaños.
El mandatario recibió el
resultado rodeado por sus simpatizantes en un mitin en Michigan, desde
donde denunció que los demócratas están "consumidos por el odio" y los
acusó de intentar "anular" su triunfo electoral.
"Ellos están
intentado someterme a un proceso desde el día uno. Han intentado
someterme a un proceso desde antes de que yo postulara", dijo Trump.
Tras la votación, la Casa Blanca sentenció que este día
marca la culminación de "uno de los episodios políticos más vergonzosos
en la historia" del país.
Los principales líderes demócratas, en tanto, exhibieron rostros serios.
"No
nos da ningún placer estar aquí hoy, pero la conducta del presidente
pone en riesgo las próximas elecciones", dijo Jerry Nadler, titular del
Comité Judicial que lideró la investigación contra Trump.
En el Senado, son los republicanos quienes instruyen el
proceso y el jefe de la mayoría republicana, Mitch McConnell, ya anunció
que va a coordinarse con el equipo de Trump.
Esto genera temores de que el juicio sea un proceso breve y que en dos semanas Trump sea absuelto y salga fortalecido.
La presidenta de la
Cámara Baja, Nancy Pelosi, planteó que todavía no va a trasmitir la
aprobación del juicio político al Senado, ante temores de que no
conduzcan el proceso de forma imparcial.
"Hasta ahora no hemos visto nada que nos parezca justo", dijo a los periodistas. "Vamos a decidir cuál es la dinámica", agregó.
Decenas de personas se congregaron este miércoles afuera
del Capitolio para pedir la salida del presidente: "Trump tiene que
irse".
A ambos lados del hemiciclo los
legisladores concordaron en el diagnóstico de que esta es una jornada
triste para el país, pero el resto del debate reflejó la polarización
que hay en Estados Unidos.
Durante
el debate, Pelosi dijo que sus correligionarios demócratas no tuvieron
otra opción que lanzar el proceso de destitución y tildó a Trump de
"amenaza continua para la seguridad nacional".
"Lo que está en
riesgo es la idea misma de lo que es Estados Unidos", dijo antes de la
votación Adam Schiff, el legislador que dirigió la investigación contra
Trump.
El representante republicano Barry Loudermilk se quejó
lamentó durante la sesión que hasta Poncio Pilatos le había otorgado más
derechos a Jesús en el proceso en su contra. Y su correligionario
Gregory Murphy afirmó que "hay individuos que odian al presidente más de
lo que aman al país".
El
presidente busca ahora convertir el proceso en su contra en un elemento
que atice a sus bases y le dé un impulso para la reelección.
"El Partido Republicano nunca ha estado tan agraviado, pero nunca ha estado tan unido como ahora", dijo Trump tras el voto.
Consciente
del riesgo electoral, Pelosi contuvo durante mucho tiempo los llamados a
iniciar un proceso contra Trump, hasta que estalló el escándalo
ucraniano.
Finalmente lanzó la investigación a fines de
septiembre, tras conocerse la denuncia de un funcionario no identificado
sobre la presunta conducta inapropiada del presidente durante una
llamada telefónica el 25 de julio con su homólogo ucraniano, Volodimir
Zelenski.
Varios
testigos confirmaron ante el Comité Judicial de la Cámara Baja las
presiones para obligar a Kiev a anunciar la apertura de una
investigación por corrupción contra Biden y su hijo.
La Casa
Blanca se negó a cooperar con la investigación, calificándola de
"inconstitucional", y prohibió a varios de sus asesores dar testimonio.
Por
esta razón, los demócratas lo acusaron tanto de haber abusado de su
poder para beneficio personal como de haber obstruido el trabajo del
Congreso.
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