martes, 17 de diciembre de 2019

Benoît Cœuré: un BCE politizado está haciendo el trabajo de gobiernos irresponsables

FRÁNCFORT.- Los países de la zona euro tienen poca consideración por sus obligaciones financieras y regularmente piden a un excesivamente politizado Banco Central Europeo que idee una solución, dijo el saliente miembro del Comité Ejecutivo Benoît Cœuré a un diario francés. 

Después de salvar a la unión monetaria de 19 países de una crisis de deuda hace un lustro que amenazó el colapso del euro, el BCE ha inventado una variedad de herramientas para mantener bajos los costos del endeudamiento con la esperanza de reavivar el crecimiento y la inflación.
Si bien el BCE ha tenido éxito en gran medida, sus críticos dicen que sus nuevos instrumentos no sometidos a prueba exceden el mandato del banco, rompen las normas que prohíben que financie a gobiernos y funcionan como herramientas políticas porque impactan los ingresos y la distribución de la riqueza.
“La politización del BCE es el resultado del debilitamiento del pilar político de la Unión Económica y Monetaria”, dijo Cœuré, cuyo mandato de ocho años termina el 31 de diciembre, según lo citó el diario Libération en la noche del lunes. 
“La falta de coordinación en el dominio fiscal significa que somos los que estamos haciendo el trabajo”, agregó. 
“Algunas personas acusan al BCE de hacer demasiado y no ser lo suficientemente democrático, pero las expectativas excesivas proyectadas en el BCE sólo son un reflejo de la debilidad política”, refirió.
El exjefe del BCE Mario Draghi, quien dejó su cargo en octubre después de ocho años, llamó reiteradamente a los gobiernos de la zona euro a utilizar su política fiscal para ayudar a apuntalar la economía en lugar de depender del banco central.
El BCE también cometió errores en el camino, admitió Cœuré, apuntando a un retraso en el lanzamiento de un programa de compra de bonos hace cinco años, así como un tiempo excesivo en abordar el cambio climático.
No obstante, guardó sus críticas más duras para los países de la zona euro que tienen “poca consideración” por las normas fiscales acordadas por todos, por lo que ponen en riesgo la unión monetaria.
Dada la incapacidad de los países de concentrarse en el interés colectivo, la zona euro necesitará un presupuesto centralizado con una autoridad poderosa para tomar decisiones colectivas sobre el gasto, sostuvo Cœuré.
“Mientras eso no esté en vigor, tendremos que cruzar nuestros dedos y esperar que no ocurra una crisis”, concluyó.

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