SANTIAGO.- La
reputación de Chile en el extranjero por su sólida gestión fiscal ha
sobrevivido a la mayor agitación social en una generación, en gran
medida, intacta, según muestran indicadores del mercado. El gobierno
dice que ahora pretende sacar partido de esa credibilidad.
El
país sudamericano planea emitir el próximo año 8.700 millones de dólares en
bonos, de lo cual 5.300 millones se venderán en el extranjero, lo que
se compara con los cerca de 3.000 millones de este año. De los bonos
que se venderán en el extranjero, 3.300 millones estarán denominados
en dólares y euros, y el resto, en pesos chilenos, pero estarán
dirigidos a inversionistas institucionales extranjeros a través de un
proceso llamado bookbuilding, o creación de una base de ofertas.
Se
han producido disturbios sociales en Chile desde el 18 de octubre, lo
que ha obligado al cierre de cientos de tiendas y ha retrasado proyectos
de inversión. Sin embargo, el gobierno se ve beneficiado de años de
prudencia fiscal en que el país colocó más de 15.000 millones en
fondos soberanos. Ahora está recurriendo a los fondos para impulsar las
pensiones, el sector de salud y la creación de un ingreso mínimo, así
como la solicitud de créditos en el extranjero.
“Cualquier
otra economía que haya tenido este tipo de shock, quizás habría
recibido uno o dos notches de downgrade”, dijo Andrés Pérez, coordinador
de Finanzas Internacionales del Ministerio de Hacienda de Chile. “Los
movimientos de spreads y tasas reflejan algo más de riesgo, pero no
consistente con un downgrade de clasificación”.
Los
diferenciales de bonos de Chile se han ampliado en un promedio de cinco
puntos básicos desde el 18 de octubre, solo levemente peor que el
promedio de tres puntos básicos para los bonos soberanos de mercados
emergentes.
Inversionistas institucionales
Cuando
Pérez visitó en diciembre a inversionistas institucionales en Asia y
Estados Unidos para explicar la crisis social y recordarles las
fortalezas financieras de Chile, se sorprendió con las altas
expectativas que el país ha generado.
Existe
consenso respecto de que la respuesta fiscal y monetaria de Chile fue
“efectiva, rápida y decisiva en términos del tamaño”, dijo Pérez en una
entrevista en Santiago. “Pero también dicen que eso es algo que se
espera de Chile”.
El
próximo año, el gobierno aumentará el gasto en 9,8% en términos reales,
a medida que intenta satisfacer las demandas sociales. Es probable que
el aumento del gasto continúe, lo que impulsaría la deuda pública a 38%
del producto interno bruto para 2024 frente al menos de 28% actual,
según el gobierno.
Pérez
señaló que los inversionistas preguntaron sobre la mayor carga de
deuda, y sobre la elaboración de una nueva Constitución y lo que eso
significará para la inversión. Está previsto que Chile realice un
plebiscito el 26 de abril para votar por la elaboración de una nueva
Constitución.
El
aumento en las ventas de bonos en moneda extranjera solo será temporal.
En los próximos años, el gobierno retomará su patrón anterior de vender
alrededor de 80% de los bonos en moneda local, indicó Pérez.
Si
bien la economía se ha visto afectada por las protestas -la actividad
económica se contrajo 5,4% en octubre frente al mes previo-, la
confianza del mercado ha comenzado a recuperarse. El peso se ha
fortalecido 11% desde el 28 de noviembre, cuando el banco central
anunció una intervención, el mejor desempeño entre las monedas de
mercados emergentes.
Incluso
pese a las mayores cargas de deuda y al aumento del gasto fiscal, Pérez
confía en que las firmas de calificación crediticia podrán adoptar una
visión a largo plazo.
“A
medida que los spreads comprimidos en general han ido aumentando, han
ido entrando nuevos inversionistas internacionales; han estado pensando
que Chile está barato”, dijo Pérez. Lo que “ayuda a mantener los spreads
comprimidos”.
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