TOKIO.- Japón decidió este
viernes aplazar entre cuatro y cinco años algunas de las delicadas
tareas que se prevén realizar en la central nuclear de Fukushima
Daiichi, lo que evidencia las dificultades para superar las
consecuencias del accidente nuclear de marzo de 2011.
La retirada
del combustible usado de la piscina de almacenamiento del reactor número
1, prevista inicialmente para 2023, no comenzará hasta 2027 o 2028.
La del reactor 2, por su parte, se aplaza a un periodo que
va desde abril de 2024 a marzo de 2026. Cada una de estas tareas debe
durar dos años.
Las autoridades y la compañía Tokyo Electric
Power (Tepco), que gestiona el desmantelamiento, se dan cuenta de que
las obras son mucho más complicadas de lo previsto.
"La
retirada del combustible usado está en curso en la piscina del reactor
3, y es una sucesión de problemas", explicó esta semana un
portavoz de Tepco.
"El procedimiento industrial aplicado es muy
complejo y resulta difícil hacer previsiones. Lo más importante es la
seguridad de los trabajadores", insistió el viernes en una conferencia
de prensa el ministro japonés de Industria, Hiroshi Kajiyama.
Por
el momento, el gobierno y Tepco estiman que el desmantelamiento completo
de la central llevará unos 40 años. Sin embargo, muchos especialistas
consideran que, teniendo en cuenta del estado del sitio, el calendario
es difícil de mantener.
El tsunami del 11 de marzo de 2011 devastó
las instalaciones, provocó la fusión de los núcleos de tres de los seis
reactores de la central nuclear y dejó fuera de servicio los sistemas
de refrigeración.
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