SÍDNEY.- El estado más poblado de Australia declaró su segundo estado
emergencia en meses, mientras que el calor extremo y los fuertes vientos
avivaron más de 100 incendios forestales, incluyendo tres grandes
incendios en las puertas de Sídney.
Un día después de que Australia registrara el día más caluroso de su
historia, un espeso humo cubrió la ciudad portuaria, envolvió la Casa de
la Ópera y detuvo muchas actividades al aire libre.
La
declaración del estado de emergencia otorgó a los bomberos amplios
poderes para controlar los recursos del gobierno, forzar las
evacuaciones, cerrar las carreteras y cortar los servicios públicos en
toda Nueva Gales del Sur, donde viven más de 7 millones de personas.
Las
autoridades dijeron que cerca de 120 incendios continuaban al final de
la tarde, más de la mitad de los cuales no están controlados, y con
temperaturas previstas de hasta 45 grados centígrados en algunas áreas,
los representantes políticos advirtieron a los residentes que estuvieran
en alerta máxima.
“La línea de fuego se ha estado extendiendo
muy rápida e intensamente”, dijo el jefe del Servicio de Bomberos de las
Zonas Rurales de Nueva Gales del Sur (RFS, por sus siglas en inglés),
Shane Fitzsimmons, a los periodistas en Sídney, agregando que dos
bomberos habían sido trasladados al hospital por inhalación de humo,
con quemaduras en sus rostros y en las vías respiratorias. “Sigue siendo
un conjunto de circunstancias muy difíciles y peligrosas”.
A
pocos días de la Navidad, época en que muchos australianos se dirigen a
la costa para pasar las fiestas, la primera ministra de Nueva Gales del
Sur, Gladys Berejiklian, aconsejó a la población que se asegurara de
“estar preparados para cambiar sus planes en caso de que las
circunstancias cambien”.
La RFS publicó en su cuenta oficial de
Twitter imágenes que muestran a los bomberos enfrentándose a uno de los
tres incendios en Sídney. Una aeronave de lucha contra el fuego fue
engullida por una gruesa nube gris y negra mientras intentaba apagar las
llamas en los matorrales a pocos metros de las casas.
Australia
ha estado luchando contra los incendios forestales en gran parte de su
costa este durante semanas, dejando seis personas muertas, más de 680
casas destruidas y casi 1,2 millones de hectáreas de matorral quemado.
El
primer ministro Scott Morrison ha capeado una tormenta de críticas en
las redes sociales en los últimos días por haberse ido de vacaciones al
extranjero en plena emergencia, sumándose a las críticas de que su
gobierno no está logrando aplicar políticas adecuadas en materia de
cambio climático.
Cuando los medios de comunicación locales informaron que Morrison
estaba en Hawái en unas vacaciones familiares, unos 500 manifestantes se
reunieron frente a su residencia oficial en Sídney para exigir medidas
urgentes sobre el cambio climático. La oficina de gobierno de Morrison
se negó a confirmar su paradero.
Los vecinos de Australia han
sido particularmente críticos con las políticas climáticas de la nación
rica en carbón, después de los modestos avances logrados en las
conversaciones sobre el clima de la ONU en Madrid.
“Fue
particularmente decepcionante ver a nuestros primos del Pacífico en
Australia obstaculizar activamente el progreso en un momento en el que
hemos estado observando con horror cómo su propio país se incendia”,
dijo la presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine, en una
declaración el miércoles.
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