domingo, 10 de noviembre de 2019

Las elecciones complican aún más el gobierno en España y lanzan a la ultraderecha


MADRID.- El partido de extrema derecha español Vox duplicó con creces su número de diputados tras las elecciones del domingo, las cuartas en cuatro años, que dejan un parlamento todavía más fragmentado y abren la puerta a complicadas negociaciones para formar gobierno, según la agencia Reuters

Los socialistas del presidente en funciones Pedro Sánchez, que habían convocado la repetición electoral con la esperanza de reforzar el resultado conseguido en abril, volvieron a ganar, pero con tres escaños menos que les dejan aún más lejos de la mayoría absoluta, según mostraron los resultados casi definitivos del Ministerio del Interior.
“Sí o sí, vamos a conseguir un gobierno progresista”, dijo el líder socialista, Pedro Sánchez. “Vamos a llamar a todos los partidos ... salvo a los que trabajan contra la convivencia y a los que siembran el discurso del odio en España”, añadió Sánchez, en lo que parecía una alusión al partido de ultraderecha Vox, que obtuvo 52 diputados el domingo, más del doble que en los comicios de abril.
Sin mayorías claras ni a un lado ni al otro del arco parlamentario, los líderes políticos españoles tendrán que ser creativos y negociar con mayor seriedad esta vez, tragándose en algunos casos el orgullo tras un alto porcentaje de abstención del 30% que demuestra el hastío del electorado español.
El escenario más probable que se abre ahora es del de un gobierno socialista en minoría, aunque la cuestión estriba en cuáles serían los potenciales aliados de Sánchez y cuánto tiempo podría resistir un gobierno tan frágil en un parlamento tan fragmentado.
Los conservadores del Partido Popular (PP) fueron la segunda fuerza más votada, con una recuperación de más de 20 escaños que al igual que el meteórico ascenso de Vox se hizo a costa del descalabro de Ciudadanos, el partido de centroderecha de Albert Rivera que se desplomó de 57 a 10 diputados.
Sin embargo, en el tablero político todavía podrían darse derivadas en las que el partido naranja, liberal en temas económicos, podría jugar algún papel, junto con algunos partidos nacionalistas.
Los comicios del domingo también han abierto paso a nuevos miembros, como el recién creado Más País de Íñigo Errejón o los anticapitalistas catalanes de la CUP. También vuelve al Congreso el grupo nacionalista gallego BNG y se estrena el aragonés Teruel Existe. 

AUGE DE LA EXTREMA DERECHA

Durante mucho tiempo, España, donde mucha gente todavía recuerda la dictadura militar del general Francisco Franco, fue inmune a la ola nacionalista que se extendió en los últimos años por otras partes de Europa.
Pero el enfado por el estancamiento político y los disturbios secesionistas en Cataluña parecen haber dado alas a la popularidad de Vox.
La líder del partido de extrema derecha francés, Marine Le Pen, felicitó a Vox en su cuenta de Twitter, elogiando lo que denominó como un “asombroso progreso”.

ALIANZAS

Durante varias décadas tras la muerte de Franco, el poder político osciló entre los socialistas y los populares hasta la aparición de nuevos partidos, Vox entre ellos, a raíz de la crisis financiera de la primera década de este siglo, que puso fin a la hegemonía bipartidista.
El líder del grupo antiausteridad de izquierda Unidas Podemos dijo que estaba dispuesto a negociar desde mañana con los socialistas. 
Pablo Iglesias, que intentó sin éxito alcanzar un gobierno de coalición con el PSOE tras las últimas elecciones instó a la unidad de la izquierda para frenar el ascenso del populismo de extrema derecha.
“Para lo único que han servido básicamente estas elecciones es para que la derecha se refuerce y para que tengamos una de las extremas derechas más poderosas y fuertes de Europa”, afirmó.
Todas las vías para formar una mayoría parlamentaria de 176 escaños parecen plagadas de dificultades y podrían llevar su tiempo.
Una de ellas pasaría porque el PP se abstuviera para facilitar un gobierno en minoría de Sánchez. El líder del PP, Pablo Casado, que en el pasado descartó apoyar a Sánchez a cualquier precio, dejó claro que el resultado de las elecciones todavía complica más del desbloqueo, pero dijo que esperaría a ver lo que proponían los socialistas. “Sánchez tiene la pelota en su tejado, España no puede esperar más”, dijo.
Otra opción sería reunir a la mayoría de la moción de censura que tumbó al popular Mariano Rajoy tras el escándalo de corrupción que salpicó al partido conservador el año pasado y con la que Sánchez entró en La Moncloa.
Pero eso requeriría que los diputados separatistas catalanes apoyaran a Sánchez, algo que cuesta concebir en el momento de alta tensión que vive Cataluña tras la sentencia a los líderes del procés por su papel en un intento fallido de secesión hace dos años.
“En resumen, las elecciones han complicado aún más las cosas en cuanto a la formación del gobierno. Una primera señal a este respecto será la elección del presidente y de la Mesa del Congreso de los Diputados, que tendrá lugar el 3 de diciembre”, dijo Antonio Barroso, vicedirector de análisis de la consultora política Teneo en un informe tras las elecciones del domingo.
“Los líderes de los partidos políticos se reunirán entonces con el rey, tras lo cual un candidato a presidente (probablemente Sánchez) podría ser propuesto al parlamento. La primera serie de votaciones de confianza podría tener lugar la semana del 16 de diciembre”, añadió.

Sánchez logra una ajustada victoria en España y la extrema derecha se dispara

El presidente y líder socialista español Pedro Sánchez ganó las elecciones legislativas de este domingo con una mayoría menguante, y la extrema derecha de Vox se instaló como tercera fuerza en un Parlamento que augura un bloqueo político persistente.
Según resultados casi definitivos, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez es el vencedor, sin mayoría absoluta, con 120 escaños de los 350 de la cámara baja.
"Nuestro proyecto político es formar un gobierno estable", aseguró el dirigente socialista ante sus simpatizantes en Madrid.
Los resultados representan no obstante tres asientos y unos 730.000 votos menos que en las legislativas del 28 de abril, cuando el PSOE se impuso también sin mayoría absoluta, con 123 diputados.
La subida más espectacular la protagonizó Vox, que capitalizó la crisis con el separatismo en Cataluña y sumó 52 escaños, más del doble de los 24 obtenidos en abril, según la agencia France Press.
Una gesta "fulgurante", clamó su líder, Santiago Abascal, felicitado por sus correligionarios Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Lega italiana, y la francesa Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional.
El conservador Partido Popular (PP) subió también con fuerza, de 66 a 87, mientras que Ciudadanos, la formación de centro-derecha liberal, fue pulverizada al caer de 57 diputados a sólo 10.
La izquierda radical de Podemos cedió siete escaños, quedándose en 35, y su escisión Más País entró en la cámara con 3 diputados.
En cualquier caso no hay mayoría absoluta ni para el bloque de derechas (PP, Vox y Ciudadanos) ni para las izquierdas (PSOE, Podemos y Más País), que globalmente superan a los conservadores.
Sánchez "ahora lo tiene mucho más difícil para formar gobierno", advirtió el líder 'popular', Pablo Casado.
El panorama amenaza con prolongar el bloqueo crónico que atenaza la política española desde 2015, cuando la irrupción de Podemos y Ciudadanos puso fin al tradicional bipartidismo PSOE/PP. Desde entonces ha habido cuatro elecciones legislativas.
La de este domingo fue una repetición electoral consecutiva al fracaso de PSOE y Podemos de acordar, durante el verano, un gobierno de coalición que habría sido el primero en estas cuatro décadas de democracia en España.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, volvió a ofrecer una coalición al PSOE, y Sánchez prometió, sin más detalles, que "[su] empeño es que esta vez sí o sí vamos a conseguir un gobierno progresista".
Antonio Barroso, analista del gabinete londinense Teneo, ve dos opciones para formar gobierno, las dos complicadas.
"Un acuerdo con partidos de izquierda, que requiere la abstención de otros partidos pequeños" en la investidura del presidente del ejecutivo, o una abstención del PP para dejar que Sánchez gobierne en minoría, explica.
Sin embargo, "la competencia entre el PP y Vox le crea un incentivo al PP para no facilitar la formación de un gobierno de izquierda", indica a AFP.
"No es fácil un desbloqueo, pero nadie ahora mismo, creo, en las próximas semanas, tiene en la cabeza repetir la elecciones por tercera vez. Yo creo que es el elemento más importante que impediría repetir las elecciones", añade Oriol Bartomeus, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Una de las dominantes de la campaña fue Cataluña, donde sigue vivo el pulso del separatismo contra el Estado.
La temperatura se disparó con la condena en octubre de nueve líderes independentistas a penas de prisión de entre 9 y 13 años de cárcel, por su papel en el fracasado intento de secesión de 2017.
La sentencia dio paso a una semana de disturbios en Cataluña, que llenó las televisiones de imágenes de barricadas ardiendo y cargas policiales, y dejó un saldo de unos 600 heridos.
El principal beneficiado de la crisis catalana fue Vox, un partido que propugna "soluciones drásticas": suspender la autonomía catalana, ilegalizar a los partidos soberanistas, y detener al presidente de la región, Quim Torra.
Los partidos separatistas también sacaron músculo, ya que las tres listas que se presentaron sumaron 23 diputados de 48 en juego, uno más que en abril.
Sánchez no dejó de acusar a PP y Ciudadanos de tener un discurso "colonizado" por Vox, gracias al cual gobiernan las regiones de Andalucía y Madrid, y la alcaldía de la capital española.
Durante la campaña, Sánchez cumplió una de sus promesas realizadas al poco de llegar al poder en junio de 2018: exhumar los restos del dictador Francisco Franco del mausoleo donde fueron colocados tras su fallecimiento en 1975.
Poco se habló en cambio de economía, pese a los recientes indicadores que apuntan a una ralentización en la cuarta potencia del euro.

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