SEVILLA.- El vicepresidente del Banco Central
Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha urgido a los gobiernos europeos a que
implementen reformas económicas y fiscales para afrontar las crecientes
tensiones comerciales, como los aranceles anunciados por EEUU a
productos europeos, o un "brexit" desordenado.
De
Guindos ha advertido este viernes, en una conferencia con motivo del
noventa aniversario del diario Abc de Sevilla, que una escalada de las
tensiones comerciales o un "brexit" desordenado recortarían aún más la
previsión de crecimiento de la economía europea, que el BCE acaba de
rebajar al uno por ciento para este año y el 2020.
En su opinión, las restricciones al comercio
internacional o una salida abrupta del Reino Unido de la UE agravarían
el actual escenario de "una desaceleración cíclica de la economía
mundial, tras un ciclo económico expansivo muy largo, que se superaría",
hacia otro de "guerra comercial, en la que todo el mundo pierde".
"Espero que se imponga el sentido común, que se produzca una
negociación inteligente por parte de Europa y que la sangre no llegue al
río", ha confiado De Guindos.
Las crecientes
tensiones comerciales son, ha advertido, "el mayor riesgo actual" para
la economía mundial que, en el caso de Europa, se agravarían con un
"brexit" conflictivo.
Por ello, ha urgido a los
gobiernos europeos a que apliquen reformas estructurales que aumenten la
competitividad de sus economías y complementen las políticas monetarias
que el BCE aplica desde 2008 para paliar la desaceleración.
"Las políticas monetarias han llevado todo el peso contra la
desaceleración, pero no todo en la política económica es política
monetaria, existen otros instrumentos que no se han utilizado con
intensidad", ha aseverado.
También ha dicho que
Europa tiene "un problema de productividad" que no se puede solucionar
solo con los estímulos monetarios del BCE porque "la política monetaria
no lo puede hacer todo" y menos "en un escenario de crecimiento moderado
y con un agravamiento de las tensiones comerciales".
Para De Guindos, los gobiernos europeos deben reactivar el crecimiento
económico con reformas estructurales que el BCE no puede afrontar y en
un escenario de una "baja" inflación, de un 1,00 %, "después de años de
recuperación y de incrementos salariales" superiores al 2,5 por ciento.
Ha confiado en que la economía española afrontará una recesión "en muchas mejores condiciones" que la crisis del 2008.
Y ha considerado "imprescindible" crear en la UE una "autoridad fiscal
europea que tenga instrumentos para actuar" en esta materia e
implementar un fondo de depósitos único que garantice los ahorros de los
ciudadanos, independientemente del país en el que residan.
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