MADRID.- El Banco Central Europeo
(BCE) seguirá presente en los mercados tras comunicar que
adquirirá alrededor de 202.772 millones de euros a lo largo de 2019. La
autoridad monetaria puso fin en diciembre a tres años de programa de
compras de bonos públicos y corporativos tras adquirir alrededor de 2,57
billones de euros, pero seguirá apelando a los inversores para reponer
los bonos de su cartera que vayan alcanzando su vencimiento, según interpreta hoy Expansión.
Según estos mismos datos, octubre
será el mes en el que el BCE se mostrará más activo, pues comprará
31.667 millones de euros en bonos de diferentes países. En la cara
opuesta de la moneda, agosto será el mes con menor movimiento, con
compras que apenas superarán los 5.000 millones de euros.
El
objetivo de esta política es mantener estable el tamaño de su balance,
lo que, a juicio de la institución que preside Mario Draghi, garantizará
las condiciones monetarias muy expansivas que todavía son necesarias
para que la inflación de la zona euro mantenga el rumbo al objetivo de
situarse cerca, pero por debajo del 2% de manera consistente.
Al
margen de su influencia sobre los precios, la presencia del BCE en los
mercados servirá de red de seguridad en el mercado de capitales europeo,
donde los agentes seguirán contando con el que ha sido uno de sus
principales compradores en los últimos años.
Y lo harán durante bastante
tiempo. Según comunicó el propio consejo de Gobierno del organismo, las
reinversiones se mantendrán incluso más allá de la primera subida de
tipos en Europa, prevista para finales de este ejercicio o principios de
2020.
A lo largo de los casi cuatro años de programa de compras
netas, la adquisición de bonos se ha repartido entre los distintos
países de la zona euro atendiendo a la clave de capital, es decir, a lo
que aporta cada uno al capital del BCE, una cifra que viene determinada
por la por el peso del PIB y la población de ese país y que se revisa
cada cinco años.
En el caso de España, esta cifra se sitúa en el 8,33%
tras la última revisión realizada en 2018, lo que se ha traducido en
compras por 259.203 millones de euros.
Sin
embargo, el BCE ha señalado que las reinversiones, a diferencia de las
ya extintas compras netas de deuda, se realizarán en la misma región de
los bonos que alcanzan su madurez.
Sólo de forma gradual se podrá
escapar a esta norma para hacer converger el programa a la nueva clave
de capital, y siempre salvaguardando las condiciones del mercado.
Fuentes
financieras aseguran que esto puede resultar positivo para España e
Italia, países que han perdido peso en la clave de capital del BCE tras
la última revisión. Salvo que las reinversiones se eternicen, la
institución que preside Mario Draghi no tendrá margen para ajustar toda
su cartera de deuda a la nueva clave de capital si sólo realiza compras
de deuda en otras áreas de forma excepcional.
De esta forma ambos países
podrían llegar al fin de la política monetaria expansiva habiendo
recibido más estímulos de los que les corresponden.
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