LUXEMBURGO.- La inflación en la zona
euro se desaceleró en diciembre hasta el 1,6%, por debajo del objetivo
del 2% del Banco Central Europeo (BCE), lo que aumenta las dudas sobre
la necesidad de aumentar los tipos de interés.
Esta ralentización
de la inflación en el 1,6%, en lugar del 1,9% de noviembre, se debe a un
estancamiento del precio de la energía, que sólo aumentó un 5,5% en
lugar del 9,1% del mes anterior, según los datos publicados el viernes
por la Oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat).
Aún más problemático es el estancamiento de la inflación
subyacente, calculada sin tener en cuenta los productos con precios más
volátiles, como la energía, alimentos, bebidas alcohólicas y tabaco.
Ésta sólo aumentó un 1% el mes pasado, la misma baja inflación que desde
hace meses.
"Si la reciente aceleración del crecimiento de los
salarios en la zona euro podría aumentar este año la inflación
subyacente, la desaceleración del crecimiento económico hace pensar que
cualquier recuperación será débil", explica Jack Allen, analista de
Capital Economics.
"Como la inflación en la energía debería seguir
fuertemente a la baja, la global bajará al 1% hacia la mitad del año",
predice Allen.
Según este analista, "el BCE probablemente esperará
bastante más tiempo de lo que indican sus previsiones actuales antes de
aumentar los tipos de interés".
Las autoridades monetarias de la
zona euro adoptaron a mediados de diciembre una decisión histórica,
dando por terminado su ambicioso programa de compra de deudas impulsado
en 2015, por un total de 2,6 billones de euros, conocido como
"quantitative easing".
Sin embargo, el BCE decidió mantener los
tipos de interés en sus niveles más bajos históricos y precisó que estos
no aumentarían al menos hasta el verano (boreal) de 2019.
Los
tipos "seguirán a su nivel actual, es decir a nivel cero, o incluso por
debajo de cero, al menos hasta después del verano de 2019", afirmó este
viernes Benoît Coeuré, miembro del directorio del BCE, quien recordó
que antes de subir los tipos de interés "esperarán el tiempo que haga
falta para lograr el 2% de inflación (su objetivo)", en declaraciones a
la emisora de radio France Inter.
Coeuré, que constata "una
ralentización" del crecimiento mundial a causa de las amenazas de guerra
comercial, cree que persiste el "riesgo" de una nueva "crisis
financiera". "La máquina de fabricación de crisis aún sigue en
funcionamiento", añadió.
Tampoco invitan al optimismo los últimos
indicadores económicos, como el índice manufacturero PMI, publicado este
viernes por el gabinete Markit.
Según Markit, el crecimiento del
sector privado en la zona euro se desaceleró en diciembre y se situó en
su nivel más bajo en cuatro años.
Según Chris Williamson,
economista de este gabinete, esta ralentización se debe al "pesimismo de
las empresas respecto al próximo aumento de la demanda", favorecido por
"la guerra comercial, el Brexit, el aumento de la inestabilidad
económica, la volatilidad de los mercados financieros y la
desaceleración del crecimiento económico mundial".
"Con la
inflación que se aleja de su objetivo y la ralentización del
crecimiento, la cuestión es saber si el BCE tendrá la oportunidad de
aumentar sus tipos de interés", analiza Bert Cojin, economista del banco
ING, quien considera que Fráncfort afronta "un año de incertidumbre".
Más de lo previsto
La inflación de la zona euro se desaceleró en diciembre más de lo que esperaba el mercado y se alejó de la meta del Banco Central Europeo, mostró una estimación preliminar el viernes, reforzando las predicciones de que un alza de los tipos de interés podría no ocurrir este año.
La oficina de estadísticas de la Unión Europea Eurostat estimó que los precios en el bloque cambiario de 19 países subieron un 1,6 por ciento interanual en diciembre, una desaceleración respecto al 1,9 por ciento de noviembre.
La inflación fue contenida por una fuerte desaceleración de los precios de la energía, mientras que indicadores centrales se mantuvieron estables en niveles bajos.
Analistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban que la inflación se desacelerara a un 1,8 por ciento interanual en diciembre.
La caída inesperada lleva a la inflación debajo de la meta del Banco Central Europeo de una tasa menor, pero cercana a 2,0 por ciento, lo que complica los planes para una posible alza de los tipos de interés.
El BCE prometió en diciembre que mantendrá las tasas a los mínimos récord actuales al menos durante el próximo verano boreal y no hizo intento alguno por cambiar la expectativa de los mercados respecto a que una primera alza de los tipos tras la crisis sólo tendrá lugar a comienzos de 2020.
Las cifras de diciembre fortalecieron la opinión de que no debería esperarse alzas de tipos por parte del BCE este año.
El BCE proyectó una inflación de 1,8 por ciento en 2018 y de 1,6 por ciento en 2019, pero algunos economistas eran menos optimistas.
“La inflación está claramente debajo del 2 por ciento y el BCE no está apurado para elevar los tipos en el futuro próximo”, dijo Marc Brutsch, economista de la aseguradora Swiss Life, que estimó una tasa de 1,7 por ciento en 2018 y una caída a 1,4 por ciento este año.
En un comentario que parece confirmar las expectativas de los economistas, el integrante del BCE Benoît Coeuré dijo el viernes que los tipos de interés permanecerán en niveles bajos mientras sea necesario para llevar a la inflación de vuelta a su meta.
Más de lo previsto
La inflación de la zona euro se desaceleró en diciembre más de lo que esperaba el mercado y se alejó de la meta del Banco Central Europeo, mostró una estimación preliminar el viernes, reforzando las predicciones de que un alza de los tipos de interés podría no ocurrir este año.
La oficina de estadísticas de la Unión Europea Eurostat estimó que los precios en el bloque cambiario de 19 países subieron un 1,6 por ciento interanual en diciembre, una desaceleración respecto al 1,9 por ciento de noviembre.
La inflación fue contenida por una fuerte desaceleración de los precios de la energía, mientras que indicadores centrales se mantuvieron estables en niveles bajos.
Analistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban que la inflación se desacelerara a un 1,8 por ciento interanual en diciembre.
La caída inesperada lleva a la inflación debajo de la meta del Banco Central Europeo de una tasa menor, pero cercana a 2,0 por ciento, lo que complica los planes para una posible alza de los tipos de interés.
El BCE prometió en diciembre que mantendrá las tasas a los mínimos récord actuales al menos durante el próximo verano boreal y no hizo intento alguno por cambiar la expectativa de los mercados respecto a que una primera alza de los tipos tras la crisis sólo tendrá lugar a comienzos de 2020.
Las cifras de diciembre fortalecieron la opinión de que no debería esperarse alzas de tipos por parte del BCE este año.
El BCE proyectó una inflación de 1,8 por ciento en 2018 y de 1,6 por ciento en 2019, pero algunos economistas eran menos optimistas.
“La inflación está claramente debajo del 2 por ciento y el BCE no está apurado para elevar los tipos en el futuro próximo”, dijo Marc Brutsch, economista de la aseguradora Swiss Life, que estimó una tasa de 1,7 por ciento en 2018 y una caída a 1,4 por ciento este año.
En un comentario que parece confirmar las expectativas de los economistas, el integrante del BCE Benoît Coeuré dijo el viernes que los tipos de interés permanecerán en niveles bajos mientras sea necesario para llevar a la inflación de vuelta a su meta.
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