jueves, 20 de marzo de 2025

Trump no convence a Putin / David Gómez (*)


El presidente estadounidense discutió con su homólogo ruso su propuesta para frenar los combates entre Rusia y Ucrania. El Kremlin sólo accedió a parar los ataques contra instalaciones energéticas, en contra de la tregua de treinta días que proponía Trump.

¿Qué tienes que saber?

La llamada entre Trump y Putin se produjo tras la reunión entre Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudí. Kiev aceptó la propuesta de una tregua de treinta días formulada por Washington. A cambio, Estados Unidos reanudaría la ayuda militar suspendida por Trump tras su bronca con el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca. Putin aceptó una tregua de treinta días limitada a la infraestructura energética. 

El presidente ruso también respaldó el inicio de las negociaciones para una tregua en el mar Negro. Sin embargo, exigió el cese de la ayuda militar extranjera a Ucrania como condición para un alto al fuego. Zelenski ha respaldado la tregua parcial. Trump y Putin no avanzaron las discusiones sobre los territorios ocupados en Ucrania.

 Horas antes, Semafor Había informado de que Estados Unidos estaba considerando reconocer Crimea como territorio ruso. El secretario del Estado estadounidense, Marco Rubio, ya advirtió que Ucrania tendría que ceder territorios en una negociación. 

Mientras tanto, Rusia mantiene su ofensiva en Kursk. Las tropas rusas han intensificado sus operaciones terrestres para expulsar al Ejército ucraniano de esta región rusa. Ucrania inició su incursión en Kursk en agosto del año pasado. Fue su mayor ofensiva desde otoño de 2022.

El apoyo de los ucranianos a la guerra ha disminuido desde el inicio de la invasión rusa en 2022. Hoy en día, el 52% apoya negociar el fin del conflicto cuanto antes. De ese porcentaje, la mitad estaría dispuesta a perder territorio a cambio de la paz.

¿Por qué es importante? Es la primera vez que Trump y Putin discuten los términos de una tregua en Ucrania. El diálogo directo entre ambos líderes rehabilita al presidente ruso como interlocutor válido para Washington. 

Con ello, se rompe definitivamente el aislamiento internacional de Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania. Las exigencias de Putin reflejan el escaso interés de Rusia en una tregua total. El Kremlin busca transmitir un aparente compromiso con la paz para complacer a Trump. 

Sin embargo, Moscú piensa que el viento sopla a su favor y que una tregua sólo facilitaría el rearme de Ucrania. Además, necesita ganar tiempo para echar a los ucranianos de Kursk. El reconocimiento de Crimea como territorio ruso rompería el tabú sobre la integridad territorial de Ucrania. De materializarse, la decisión de Estados Unidos sentaría un peligroso precedente. Por un lado, legitimaría la agresión militar como herramienta de política exterior. 

Por el otro, incitaría a Rusia a aumentar sus reclamaciones territoriales. La sintonía entre Trump y Putin refuerza su visión internacional. Sus negociaciones sobre Ucrania y sus conversaciones sobre la situación en Oriente Próximo y el mar Rojo reflejan su apuesta por una diplomacia basada en la supremacía de las grandes potencias, sus aspiraciones expansionistas y las negociaciones bilaterales entre ellas.

¿Qué cabe esperar? Las negociaciones entre Trump y Putin no conducirán hacia una paz en Ucrania. Rusia ha orientado su economía hacia la guerra desde el comienzo de la invasión. Si llega a aceptar un alto al fuego, será una concesión temporal a Trump. Es probable que Moscú utilice esa tregua para movilizar tropas y reanudar los combates cuando le convenga. La cercanía de Trump con Rusia reforzará las ambiciones de Moscú en unas negociaciones. 

El alineamiento de Estados Unidos con la narrativa rusa hará que Putin se sienta más fuerte y legitimado para exigir el reconocimiento de los territorios ocupados, el fin de la ayuda militar a Ucrania y el veto a Kiev en la OTAN. Los avances entre Trump y Putin deteriorarán más la relación entre Estados Unidos y Europa. Los países europeos acelerarán la reducción de su dependencia en defensa. Incluso, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia ya han anunciado que se retirarán de la Convención de Ottawa ―que prohíbe las minas antipersona― ante la amenaza rusa.


(*) Periodista español

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