BRUSELAS.- Los países europeos levantaron algunos controles fronterizos el lunes,
mientras los casos de coronavirus disminuían tras tres meses bajo un
estricto confinamiento, con los turistas alemanes escapando a destinos
vacacionales y los franceses cruzando hacia Bélgica para comprar
cigarrillos más baratos.
Sin embargo, la desescalada gradual del confinamiento en España, el
rompecabezas de restricciones en distintos lugares y las nuevas formas
de trabajo sitúan todavía muy lejos los niveles de viaje anteriores a la
pandemia.
Los aeropuertos en Grecia permitían más vuelos
internacionales mientras el país intentaba salvar su temporada de
verano. Los turistas alemanes que acudían en masa a la vecina Dinamarca
provocaban atascos de hasta 8 kilómetros y los italianos entraban en
Francia para comprar cupones de lotería de “rasca y gana”.
España
permitió la entrada a un grupo selecto de veraneantes procedentes de
Alemania, mientras el Gobierno sopesa cómo hacer encajar el turismo de
masas en la nueva normalidad. Los turistas hicieron cola en Düsseldorf
para coger un vuelo del operador turístico TUI con destino Mallorca.
“Será más tranquilo de lo normal”, dijo un veraneante con una mascarilla y camisa de manga corta.
“Pero es una buena sensación que todo está empezando de nuevo. Que podemos viajar de nuevo.”
El
área Schengen de 22 países de la UE, más Islandia, Liechtenstein,
Noruega y Suiza, que normalmente tiene sus fronteras internas libres de
control, ha permanecido cerrada casi en su totalidad durante tres meses a
todo lo que no fuera tráfico de mercancías o trabajadores esenciales.
Los
máximos responsables europeos esperan que el alivio de los controles en
las fronteras internas permita una reapertura gradual a otros países a
partir de julio y resucite una industria turística estancada durante el
confinamiento.
La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson,
instó la semana pasada a los miembros de la zona Schengen a eliminar
los controles en las fronteras internas antes del lunes, para permitir
una reapertura gradual a otros países a partir de julio.
La
medida podría ayudar a salvar la parte de la temporada de verano para la
maltrecha industria de viajes y turismo de Europa. Junto al ocio y la
cultura, el sector representa casi el 10% de la economía de la UE y una
parte aún mayor en los países mediterráneos, algunos de los cuales
fueron los más afectados por la pandemia.
Desde
Islandia hasta Grecia, muchas restricciones para los visitantes de la
UE y del espacio Schengen se suavizarán el lunes, pero no será un
regreso a los viajes sin restricciones para los 420 millones de
habitantes del espacio Schengen.
España, por ejemplo, no
permitirá la entrada de turistas extranjeros hasta el 21 de junio, con
excepciones en algunas islas españolas.
En otros lugares, el
derecho a viajar dependerá de la residencia y el destino de los
viajeros. República Checa tiene un sistema de banderas, que impide la
entrada de turistas de países “naranjas” o “rojos” como Portugal y
Suecia.
Dinamarca permitirá la entrada de turistas de Islandia,
Alemania y Noruega, pero no de Suecia, bajo la condición de que reserven
al menos seis noches de alojamiento.
La cuarentena obligatoria
de dos semanas de Reino Unido para los visitantes significa que los
británicos se enfrentarán al mismo confinamiento en Francia.
En
el aeropuerto de Bruselas, el primer día de la reapertura operarán
alrededor de 60 vuelos, el 10% de los 600 vuelos de un día normal antes
de la epidemia.
En Grecia, los pasajeros que llegan de
aeropuertos considerados de alto riesgo por la agencia de seguridad
aérea de la UE serán sometidos a pruebas de detección de coronavirus y a
una cuarentena de hasta 14 días, dependiendo del resultado. Se
mantienen las restricciones para los pasajeros procedentes de Reino
Unido y Turquía. Las llegadas de otros aeropuertos serán sometidas a
pruebas aleatorias.
Antes de la crisis, una media de 3,5 millones
de personas cruzaban una frontera interna de la UE cada día, según un
informe del Parlamento Europeo del año pasado, según el cual unos 1,7
millones de europeos se desplazan entre fronteras diariamente para
trabajar.
Muchos de estos últimos trabajan ahora desde casa,
mientras que se espera que las continuas restricciones y los problemas
de salud frenen el turismo y los viajes de negocios.
En
el pueblo belga de Macquenoise, los estancos hicieron “su agosto”
cuando los ciudadanos franceses cruzaron la frontera para comprar tabaco
más barato después de sufrir precios más elevados en casa desde
mediados de marzo.
“Vale la pena el esfuerzo”, dijo Nadege
Caplain, haciendo un viaje de ida y vuelta de 200 km (125 millas) a
primera hora de la mañana para comprar cigarrillos para ella y su
familia.
La Comisión Europea lanzó el lunes una página web, llamada "Re-open EU reopen.europa.eu/es",
que ofrece información sobre los viajes hacia y dentro de los países de
la UE, qué normas relacionadas con el coronavirus se aplican en cada
caso y si están abiertas instalaciones como hoteles y playas.
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