viernes, 19 de junio de 2020

Lagarde (BCE) avisa a los líderes de que "lo peor está por llegar" y el paro de la eurozona podría subir al 10%


FRÁNCFORT.- La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha advertido este viernes a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE de que el impacto de la pandemia sobre el mercado laboral todavía no ha llegado a su peor punto y que este momento "todavía está por llegar", con una tasa de paro que podría alcanzar el 10%, afectando especialmente a la población joven.

Es uno de los mensajes que, según fuentes diplomáticas, la francesa ha trasladado a los líderes europeos en la cumbre por videoconferencia que mantienen este viernes como primera toma de contacto sobre el plan de recuperación y el presupuesto comunitario para los próximos siete años.
Lagarde, en concreto, ha apuntado que el BCE espera una caída del PIB de la eurozona del 13% en el segundo trimestre de este año con respecto a los tres meses anteriores y una contracción en todo 2020 del 8,7%.
"Lo peor del impacto en los mercados laborales todavía está por llegar", ha expresado la presidenta del instituto emisor en la reunión, señalando que la tasa de desempleo en la eurozona podría elevarse al 10% y golpear "particularmente duro" a los jóvenes europeos. Según los últimos datos ofrecidos por la oficina europea de estadística Eurostat, el paro en la eurozona se situó en el pasado mes de abril en el 7,3%.
La francesa ha apuntado también, según las mismas fuentes, que las medidas "decisivas y efectivas" adoptadas hasta ahora tanto a nivel nacional como europeo han funcionado para impulsar un cierto "rebote" de la economía y "comprar algo de tiempo". 
Esto "se ha reflejado en la confianza de los mercados", pero ha advertido que un "fracaso" en las negociaciones sobre el fondo de reconstrucción "podría conducir a un cambio en esa confianza".
"Está en nuestras manos forjar la recuperación que queremos ver y para eso necesitamos una visión positiva", ha subrayado Lagarde en su intervención ante los jefes de Estado y de Gobierno, a quienes ha trasladado que el paquete de recuperación debería ser "rápido, flexible y estar anclado con firmeza en las reformas económicas".
La presidenta del BCE ha incidido, además, en que "cuanto antes se acuerde este paquete, mejor será para la economía de la UE". Y advirtió a los líderes de la UE que sus economías se dirigen hacia una “caída drástica” debido a la crisis del coronavirus, instándolos a acordar rápidamente un plan de estímulo masivo cuya negociación ha dividido a los miembros del bloque.
Lagarde añadió que los efectos completos de la peor recesión de Europa desde la Segunda Guerra Mundial aún no se han dejado notar en el mercado laboral y que el desempleo en la zona euro de 19 países podría subir al 10% desde el actual 7,3%.
Su mensaje fue muy claro en un momento en que los 27 líderes de la Unión Europea se instalaban ante las pantallas de sus ordenadores para una jornada de deliberaciones sobre el programa de recuperación del bloque.
Con más de 100.000 muertos por causa de la COVID-19, la UE necesita demostrar ahora su solidaridad después de meses de disputas que han mermado la confianza pública en el grupo y han puesto en peligro su posición global tras el varapalo del Brexit.
“Es una crisis sin precedentes que ha tenido un enorme impacto económico y social, pero también en la viabilidad de la UE”, dijo un alto diplomático de la UE. “Para demostrar que Europa protege (a su población) no podemos demorarnos más, ya que los retrasos solo harán que la situación sea más difícil y más costosa”.
Según fuentes consultadas, Lagarde dijo a la cumbre que los mercados financieros están relativamente tranquilos debido a las expectativas de que actuarán para mostrar que “la UE ha vuelto” a la acción.
Los Estados miembros de la UE están debatiendo un presupuesto comunitario para el periodo 2021-27 de unos 1,1 billones de euros, así como una propuesta de la Comisión Europea de pedir prestado al mercado 750.000 millones de euros para ayudar a reactivar las economías más afectadas por el coronavirus, en particular Italia y España. 
Ya antes de la pandemia existía un enfrentamiento entre los países del norte, fiscalmente austeros, y el “Club Med” de los países del sur, más endeudados, sobre los presupuestos a largo plazo del bloque.
Ahora están divididos en cuanto al tamaño y las condiciones del fondo de recuperación, que la Comisión sugiere que se divida a razón de dos tercios de subvenciones no reembolsables y un tercio de préstamos.
Los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria, los conocidos como “Cuatro Frugales” (“Frugal Four”), dicen que el fondo es demasiado grande y que sólo debería consistir en préstamos, ya que las subvenciones tendrían que ser devueltas por todos los contribuyentes de la UE.
Estos cuatro países quieren que los fondos estén claramente vinculados a la recuperación de la pandemia y que los beneficiarios se comprometan a realizar reformas económicas.
“La condicionalidad es un gran problema. Un acuerdo sobre las reformas podría abrir un margen de maniobra para las subvenciones”, dijo un diplomático.
Los países del este de la UE consideran que demasiado dinero iría a parar al sur, pidiendo que el gasto se centre en la agricultura y en cerrar las brechas de desarrollo con el oeste.

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