NUEVA YORK.- El
acceso a los alimentos ya era desigual en Estados Unidos desde mucho
antes que llegara el coronavirus. Pero la pandemia ha intensificado el
problema, con imágenes de interminables filas en bancos de alimentos que
sacan a relucir esta dura realidad.
Incluso
en EE.UU., una de las naciones con mayor seguridad alimentaria del
mundo, millones de personas enfrentan dificultades para acceder a comida
nutritiva. La desigualdad alimentaria afecta desproporcionadamente a
los estadounidenses de color, que ya figuran entre los más afectados por
el covid-19 y sus consecuencias económicas.
Aproximadamente
17 millones de personas más caerán en inseguridad alimentaria en 2020,
lo que elevará el total a 54 millones, incluidos 18 millones de niños,
según proyecciones de Feeding America, la organización sin ánimo de
lucro más grande del país en alivio del hambre.
Las
disparidades a través de las ramas raciales podrían empeorar.
Actualmente, los afroamericanos tienen dos veces y media más
probabilidades que los estadounidenses blancos de tener bajo o muy bajo
acceso a suficientes alimentos para una vida activa y saludable. Para
los latinoamericanos, la tasa duplica la de los blancos. Las cifras
destacan algunas de las desigualdades sistémicas subyacentes que existen
sobre las ramas raciales a medida que las manifestaciones en todo el
país atraen a cientos de miles para protestar contra la violencia
policial y el asesinato de George Floyd.
Según
datos del Departamento de Agricultura de EE.UU., las personas que viven
por debajo del umbral de la pobreza tienen una probabilidad seis veces
mayor de inseguridad alimentaria que aquellas que casi duplican el
nivel. Esa brecha podría ampliarse este año, como sucedió durante la
recesión de 2008. Tomó casi 10 años a EE.UU. recuperarse de las
profundidades de seguridad alimentaria en las que cayó durante la Gran
Recesión.
Desiertos alimentarios
La
inseguridad alimentaria describe la incapacidad de un hogar para
proporcionar suficientes alimentos para una vida saludable. Eso podría
significar suministros insuficientes, pero también una falta de variedad
de alimentos, incluidas frutas y verduras frescas, que se necesita para
proporcionar el equilibrio nutricional adecuado.
Los
denominados desiertos alimentarios, o áreas sin proveedores tales como
supermercados, son comunes en lugares de bajos ingresos. En estas áreas,
las opciones nutricionales de las personas a menudo se limitan a
alimentos más baratos, ricos en calorías y menos nutritivos.
Los
afroamericanos tienen el doble de probabilidades que sus homólogos
blancos de vivir por debajo del umbral de pobreza, y sin tanta riqueza y
redes seguras de ahorro, podrían caer en inseguridad alimentaria más
rápidamente.
Ocho
de los 10 condados con las tasas más altas de inseguridad alimentaria
cuentan con una población de raza negra de más de 60%, según Feeding
America. Esos ocho están ubicados en el sur profundo del país.
La
accesibilidad a alimentos va de la mano con los gastos en alimentos en
la lucha contra el hambre. De los 50 condados con la mayor brecha entre
el costo de la comida y la capacidad de las personas para pagarla, 46
tienen una población negra o latina que supera las cifras nacionales,
según un informe de Feeding America.
Con
millones de personas sin trabajo desde mediados de marzo, las
solicitudes de beneficios por desempleo en EE.UU. han superado el millón
durante 13 semanas consecutivas, los déficits presupuestarios
probablemente empeorarán
El
covid-19 ha afectado desproporcionadamente a las poblaciones
minoritarias, cobrando vidas de estadounidenses de raza negra a más del
doble de la tasa de estadounidenses de raza blanca. Además, muchas áreas
que han tenido altas tasas de infección por virus también sufren
inseguridad alimentaria, lo que puede contribuir a problemas de salud a
largo plazo.
Antes
de la pandemia, 21% de los hogares negros y 16% de los hogares latinos
estaban en inseguridad alimentaria, en comparación con 8% de los
blancos, según USDA. Desde el inicio de la pandemia en marzo, 45% de los
adultos negros dijeron que se saltaban las comidas, o recurrían a
caridad o asistencia alimentaria federal, en comparación con 18% de los
adultos blancos, según Kaiser Family Foundation.
Se espera que la pandemia de coronavirus continúe aumentando la cantidad
de personas en inseguridad alimentaria. Las tasas de inseguridad se
duplicaron en EE.UU. en abril y se triplicaron para las familias con
niños, que en muchos casos han perdido el acceso a las comidas escolares
gratuitas y de bajo costo con los cierres inducidos por la pandemia,
según un informe de Northwestern University.
Feeding America proyecta
que uno de cada seis adultos y una cuarta parte de todos los niños
podrían experimentar inseguridad alimentaria este año.
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