viernes, 1 de mayo de 2020

El problema de la baja inflación para el BCE es peor de lo que parece

LONDRES.- Elevar los precios al consumidor de la zona euro se parece cada vez más a intentar empujar agua cuesta arriba. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, puede estar más lejos de su objetivo de inflación de lo que parece. 

Lagarde tiene muchos motivos para inquietarse. Apenas unas horas antes de que el BCE hiciera más generosos los términos de los préstamos a largo plazo a los bancos, un informe mostró que la economía de la zona euro se contrajo en un 3,8% en el primer trimestre en comparación con los tres meses anteriores. 
La inflación también está en unos niveles alarmantemente bajos. Los precios al consumidor de la zona euro aumentaron apenas un 0,4% en abril con respecto al año anterior, debido a que la energía se abarató, según Eurostat. 
Se trata de un dato preocupante, ya que el BCE tiene como objetivo una inflación ligeramente inferior al 2%. Pero las notas a pie de página del informe de inflación revelan la posibilidad de que la situación sea peor.
Los estadísticos tienen dificultades para recoger datos de precios durante el confinamiento por el coronavirus. No pueden ir a las tiendas a escanear los precios y hay ciertos servicios que ni siquiera se están ofreciendo, los vuelos entre ellos.
 Cierto, algunas de las lagunas pueden cubrirse consultando los sitios web y contactando directamente con las empresas. Y los datos del mes pasado pueden utilizarse para los precios que tienden a ser relativamente estables, como los de los cortes de pelo. Pero en el caso de los bienes y servicios de temporada, la cuestión es diferente.
Tomemos el ejemplo de la oficina de estadísticas alemana. Ha dicho que los precios de cosas como los paquetes de vacaciones se actualizarían usando lo que pasó hace un año como guía, de acuerdo con el requerimiento de Eurostat de que los patrones estacionales habituales no se interrumpan. 
Es posible que sea la mejor alternativa en circunstancias tan complicadas, pero significa que los precios de algunos de estos artículos están exagerados en las estadísticas. Para empezar, el aumento del desempleo significa que la gente es menos propensa a gastar tan alegremente como antes.
No se trata sólo de un problema de la zona euro. Los estadísticos de todo el mundo están tomando decisiones difíciles. Sin embargo, la inflación era más débil en la zona euro que en Estados Unidos o Reino Unido antes del brote de coronavirus, tanto si se incluyen los precios volátiles de la energía y los alimentos como si no. 
Esto le complica mucho la vida a Lagarde. Aunque, por otra parte, hace que, con el mandato de la inflación en la mano (el BCE tiene como principal misión elevar la inflación a un nivel cercano pero inferior al 2%), esté justificado que aumente más aún los estímulos monetarios le da otra justificación, si la necesitara, para aumentar el estímulo monetario en los próximos meses.

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