SHANGHÁI.- China anunciará el
viernes el primer retroceso trimestral del PIB de su historia, debido a
la pandemia de covid-19 que paralizó el país durante semanas y que hace
que la actividad económica no logre reanudarse hasta el día de hoy.
Un
grupo de 14 expertos estima que el PIB de la
segunda economía mundial retrocederá en torno al 8,2% entre enero y
marzo.
Sería el peor resultado desde que comenzaron a publicarse los resultados trimestrales del PIB a principios de los años 90.
En el último trimestre de 2019, el PIB creció un 6%.
Pero
incluso las previsiones de los expertos son dispares, lo que refleja la
incertidumbre que rodea las previsiones financieras para los meses
venideros. Algunos estiman que el retroceso será del 5,5% y otros
apuntan que puede llegar al 15%.
Preocupados por impedir la
propagación del virus, que oficialmente dejó 3.300 muertos en China,
Pekín adoptó en enero medidas de confinamiento sin precedente que
hundieron sus finanzas.
Por primera vez en 30 años, en enero y febrero, la producción industrial se contrajo y las ventas minoristas se hundieron.
"La
desaceleración ha sido más pronunciada que lo previsto", destaca el
economista Xu Xiaochun, de la agencia de calificación Moody's.
Y
aunque la actividad se reanuda, ello es "más lento que lo esperado",
generando una "importante contracción" del PIB en el primer trimestre,
según Xu.
Pese a una mejora de las condiciones sanitarias estas
semanas, centenares de millones de chinos siguen limitando sus
desplazamientos por temor a contraer el virus.
Ello seguirá
teniendo "graves" repercusiones en el consumo interno y en los
servicios, advierte el economista del banco JPMorgan, Haibin Zhu.
El
virus penaliza además las exportaciones de China, importante motor de
la economía, mientras los principales socios comerciales de Pekín están
paralizados por la epidemia.
En marzo, las ventas de China al
extranjero retrocedieron (-6,6% anual), según cifras publicadas el
martes por las Aduanas. La caída es sin embargo menor que la acumulada
para enero-febrero (-17,2%).
"Con la
recesión que se perfila este año en Europa y Estados Unidos, China
afronta en los próximos meses un impacto masivo en términos de demanda
del extranjero", opina el economista de HSBC, Qu Hongbin.
Las
exportaciones chinas ya se vieron afectadas el año pasado por la guerra
comercial entre Pekín y Washington. Pero esta vez "las turbulencias
serán más violentas", advierte Qu.
"Y serán más importantes que durante la crisis financiera de 2008-9", estima Raphie Hayat, analista de RaboBank.
Entonces
China gastó 4 billones de yuanes (455.000 millones de euros - USD
500.000 millones) para su economía, invirtiendo de forma masiva en
infraestructuras no siempre rentables, que generaron excesos de
capacidades productivas.
Hoy, Pekín duda en sacar otra vez la artillería pesada, en un momento en que el país intenta sanear sus finanzas.
"Ya no puede" hacerlo debido al "riesgo de perder el control de su moneda", asegura RaboBank.
Debido
a las persistentes incertidumbres que provoca la pandemia, China -que
fija cada año su hoja de ruta económica en marzo- no ha fijado aún un
objetivo de crecimiento para 2020.
Los expertos interrogados por
la AFP apuestan en promedio por un ritmo de 1,7% este año, contra +6,1%
el año pasado. Se trataría entonces del menor crecimiento del PIB en
cerca de 30 años .
En sus últimas previsiones, el Fondo monetario
internacional (FMI) indicó el martes que esperaba un crecimiento
"moderado" de +1,2% para este año, antes de una fuerte aceleración al
+9,2% el año próximo gracias a una esperada recuperación de la economía
mundial.
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