RIAD.- Las negociaciones entre
los ministros de Energía de los países del G20 se alargaban este viernes
en Arabia Saudita para concluir un acuerdo sobre una reducción masiva
de la producción petrolera, al que se había opuesto México.
Un
acuerdo entre Estados Unidos y México para ayudar a los mexicanos a
cumplir la cuota de reducción exigida por los productores parece
eliminar uno de los obstáculos a un entendimiento global.
En un comunicado, el viernes temprano, la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP) informó de un acuerdo previo
sobre una reducción de la oferta mundial de 10 millones de barriles
diarios (mbd) en mayo y junio.
El compromiso fue obtenido en una
reunión que concluyó en la madrugada de los principales países
productores de petróleo, entre ellos Rusia, que no es miembro del cártel
pero es el segundo mayor productor del mundo.
Pero México, no
miembro de la OPEP, no dio su aprobación, indispensable para refrendar
el acuerdo en esa reunión, pues consideraba excesivo el esfuerzo que se
le pedía (reducción de producción de 400.000 barriles por día),
comparado con otros países.
Horas más tarde, el presidente
mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo haber llegado a un acuerdo
con su homólogo estadounidense, Donald Trump, para reducir la producción
de petróleo de su país.
"México va a reducir 100.000 barriles y
eso significaría que ellos tengan entre 250.000 y 300.000 barriles
menos. Nosotros compensaríamos la diferencia, nos reembolsarían en una
fecha posterior", dijo Trump, y agregó que lograr eso implicaría cortar
"algo de producción en Estados Unidos".
Queda por ver si la OPEP y
sus socios aceptarán el acuerdo entre Estados Unidos y México en la
reunión de ministros de Energía del G20, organizada por Arabia Saudita,
el mayor exportador de petróleo del mundo y líder del cártel.
La
retirada de los diez millones de barriles diarios en mayo y junio, y
después de ocho millones de julio a diciembre, correría a cargo
principalmente de Arabia Saudita y Rusia, pero al menos otros 20 países
deben participar en el esfuerzo.
Hace unos meses el precio
del barril rondaba los 60 dólares pero a principios de la semana pasada
cayó a niveles nunca vistos desde 2002. El precio del barril según la
OPEP está por debajo de los 21 dólares.
Por ello, los 13 países de la OPEP y sus 10 Estados socios, con los que forman la alianza OPEP+, tratan de reaccionar.
Para organizar esa reunión extraordinaria, Arabia Saudita y
Rusia reanudaron el diálogo y terminaron la guerra de precios y cuotas
de mercado que desencadenaron después de la última cumbre, el 6 de marzo
en Viena: Moscú dio un portazo a la OPEP, y Riad abrió las compuertas y
vendió a bajo precio el petróleo a Europa.
Pero debido al
confinamiento de la mitad de la población mundial para frenar la
pandemia de COVID-19, la fuerte desaceleración del transporte y la
disminución de la producción industrial, la demanda de petróleo se
desplomó. El golpe fue tremendo porque la oferta mundial de crudo ya
estaba en superávit antes de la pandemia.
Aunque se anuncie un acuerdo, varios analistas dudan de que estos recortes hagan subir los precios.
"Un recorte de 10 millones de barriles diarios en mayo y
junio impedirá alcanzar los límites de almacenamiento y evitará que los
precios caigan al abismo, pero no restaurará el equilibrio de mercado
deseado", según los analistas de Rystad Energy.
Deseosos
de forjar la mayor coalición posible, Riad y Moscú ampliaron el círculo
de participantes en la reunión, invitando a muchos productores externos
a la alianza. En la videoconferencia del jueves, el ministro ruso de
Energía, Alexander Novak, aplaudió el jueves la presencia de nueve
países adicionales, como Canadá y Noruega.
También se invitó a
Estados Unidos, pero pese a la implicación de Trump a favor de un
acuerdo entre productores, su país no pudo participar directamente en
estas discusiones porque se lo impide su reglamentación antimonopolio.
El
país, que tampoco es miembro de la OPEP+, desea una reducción de la
oferta para estabilizar los precios, y dar aire a su industria de
petróleo de esquisto, que atraviesa grandes dificultades.
El 10 de
junio esta prevista una nueva reunión de la OPEP "para decidir más
medidas, tantas como sean necesarias para equilibrar el mercado".
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