PARÍS.- Con el confinamiento de
los 1.300 millones de habitantes de India, más de un tercio de la
humanidad se queda en casa este miércoles para evitar la propagación del
coronavirus, a la que los dirigentes de Estados Unidos y Brasil restan
importancia.
Después de semanas de incertidumbre, los Juegos
Olímpicos de Tokio 2020 fueron aplazados a 2021. Una decisión acogida
con alivio en todo el mundo, mientras que en Italia, España, Francia y
otros países, la pandemia de COVID-19 sigue provocando hecatombes
diarias.
En los países más afectados, los hospitales están
saturados y el personal sanitario, agotado y expuesto al contagio por
falta de mascarillas y material adaptado. Entierran o incineran a sus
muertos rápidamente.
"Muchas compañeras lloran porque hay gente
que muere sola, sin haber visto por última vez a su familia, y apenas
tenemos tiempo de hacerles compañía", lamenta Guillén del Barrio, un
enfermero de un hospital de Madrid.
La situación en la capital española se ha deteriorado tanto que se ha transformado una pista de hielo en una morgue gigantesca.
Las
salas de exposiciones de la Feria de Madrid se han convertido en un
hospital de campaña de 1.500 camas y el ejército desinfecta las
residencias de ancianos, donde hay decenas de muertos.
En Italia,
el saldo diario sigue siendo una pesadilla: el martes murieron otras 743
personas. Pero una disminución en el número de contagios suscita
esperanzas entre los científicos, que lo atribuyen a las medidas de
confinamiento adoptadas en el país.
India, el segundo país más
poblado del mundo detrás de China, ha ordenado el confinamiento de sus
1.300 millones de habitantes a partir del miércoles.
"Recuerde que
un solo paso fuera de casa puede traer a su hogar la grave enfermedad
del coronavirus", advirtió el primer ministro Narendra Modi, cuyo país
cuenta con diez muertos de 519 casos de COVID-19.
Con el
confinamiento de India ya hay 2.600 millones de personas enclaustradas
en casa, según un recuento a partir de una base de datos.
Esto representa más de un tercio de la población mundial, evaluada por la ONU en 7.800 millones de personas en 2020.
Según un balance, a
partir de fuentes oficiales, más de 18.000 personas han muerto por el
virus y se han diagnosticado más de 400.000 casos de infección en 175
países y territorios.
Esta cifra solo refleja una parte del número
real de infectados, ya que muchos países solo hacen las pruebas a los
pacientes que necesitan ser ingresados.
En África,
América Latina y Europa, los toques de queda, los confinamientos, el
cierre de empresas y las restricciones de desplazamiento se generalizan.
La mayoría de los científicos estiman que las medidas drásticas de este
tipo son las únicas que pueden frenar la enfermedad, contra la que no
hay vacuna ni tratamiento.
Colombia también comenzó este miércoles un confinamiento general de 19 días.
"El confinamiento es actualmente la única estrategia verdaderamente operacional", recalcó el consejo científico francés.
El presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, no están de acuerdo.
"Hay que volver al trabajo mucho antes de lo que piensa la gente", declaró Trump en Fox News.
Estados
Unidos registró más de 700 muertos y 53.000 casos de COVID-19 el
martes, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins. Alrededor del
40% de la población estadounidense está confinada en casa o a punto de
estarlo, con restricciones que varían de un estado a otro.
"Se
puede destruir a un país cerrándolo de esta manera", criticó el
presidente, quien añadió que "una recesión grave o una depresión"
podrían causar más muertos que la epidemia, sobre todo si la crisis
económica provoca "miles de suicidios".
En Brasil, donde hay 2.201
casos de COVID-19 y 46 muertes, las deficiencias del sistema sanitario,
la pobreza y las condiciones insalubres en las que vive gran parte de
la población amenazan con agravar la epidemia en la principal economía
de América Latina.
Pero el presidente de extrema derecha, Jair
Bolsonaro, comparó las medidas de confinamiento y el cierre de comercios
y servicios públicos aplicados por varios estados y municipios con una
política de "tierra arrasada".
"Debemos mantener los empleos y
preservar el sustento de las familias", dijo. "El grupo de riesgo es el
de las personas de más de 60 años. ¿Entonces por qué cerrar escuelas?",
se preguntó.
Bolsonaro acusó a los medios de comunicación de
promover la "histeria" y reiteró que Brasil tiene una población joven y
un clima cálido poco favorables para la propagación del coronavirus.
En
China, las drásticas restricciones impuestas durante varios meses en la
provincia de Hubei, epicentro de la pandemia, se levantaron el
miércoles. No se detectó ningún caso de contagio local en 24 horas en el
país, pero se identificaron 47 "importados" del extranjero.
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