SINGAPUR.- Científicos de Singapur dicen que han desarrollado una forma para
rastrear cambios genéticos que aceleran las pruebas de vacunas contra un
coronavirus que ha causado la muerte de más de 16.000 personas en todo
el mundo.
Los científicos, de la Escuela de Medicina Duke-NUS de la ciudad
estado, dicen que su nueva técnica sólo requiere de días para evaluar
potenciales vacunas provistas por Arcturus Therapeutics, una firma de
biotecnología estadounidense que se ha asociado con la escuela para las
pruebas.
Ese marco de tiempo se compara con los meses que se suelen necesitar para las pruebas basadas en respuestas humanas.
“Puedes
saber por la forma en que los genes cambian, qué genes están encendidos
y cuáles están apagados”, dijo Ooi Eng Eong, vicedirector del programa
de enfermedades infecciosas emergentes de la escuela.
La rápida
evaluación de tales cambios provocados por una vacuna permite a los
científicos determinar su eficacia y efectos secundarios, en lugar de
depender solamente de la respuestas de humanos que la reciban, agregó.
Actualmente,
no hay medicamentos aprobados o vacunas preventivas para el virus, por
lo que la mayoría de los pacientes sólo reciben cuidados paliativos,
como ayuda con su respiración. Los expertos han dicho que podría pasar
un año o más antes de tener una vacuna lista.
Ooi
dijo que planea comenzar a probas vacunas en ratones en alrededor de
una semana y que las pruebas en humanos se esperan para la segunda mitad
de este año.
Las firmas farmacéuticas e investigadores de todo
el mundo están apresurándose por desarrollar vacunas y tratamientos para
el virus, que ha infectado a más de 377.000 personas.
Esos
esfuerzos incluyen al medicamento antiviral experimental remdesivir de
Gilead Sciences Inc y una terapia derivada de plasma de la japonesa
Takeda Pharmaceutical Co.
En un paso clave para desarrollar
métodos de diagnóstico, los científicos de Duke-NUS ayudaron a cultivar
el virus a fines de enero, días después de que Singapur confirmó su
primera infección. Eso lo convirtió en el tercer país, fuera de China,
que ha cultivado el virus.
Otra innovación fue una prueba para detectar anticuerpos contra el
virus incluso en quienes se han recuperado, una herramienta clave en los
esfuerzos de contención que le ha valido elogios de todo el mundo a
Singapur.
En el pasado, el desarrollo de una vacuna desde el
descubrimiento a la autorización podía tomar más de 10 años, pero Ooi
dijo que la ciencia puede ofrecer ahora una respuesta más rápida.
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