SAO PAULO.- El brote de coronavirus ha llegado a Brasil en momentos en que los
calurosos días de verano del hemisferio sur llegan a su final y se
acerca el invierno, lo que potencialmente agravaría la propagación del
virus, dijeron expertos médicos.
Poco se sabe sobre cómo los cambios de estación afectan al nuevo
coronavirus, que ha causado una creciente crisis global. Sin embargo,
seis expertos de Brasil en enfermedades infecciosas dijeron que los
últimos brotes en el país, incluida la pandemia de la gripe porcina H1N1
de 2009, apuntan a que las temperaturas más bajas exacerban el
contagio.
Brasil ya es el país más afectado de América Latina,
con 621 casos confirmados hasta el jueves, un aumento de más del doble
en dos días.
Aunque gran parte de Brasil es tropical, las
temperaturas mensuales en partes del sur y sudeste pueden promediar los 5
ó 6 grados Celsius (41 ó 43 grados Fahrenheit) en junio y julio. Las
temperaturas comienzan a bajar en abril, cuando las infecciones de gripe
tienden a aumentar, dijeron expertos.
“Nunca hay un buen momento
para la llegada del coronavirus (...) pero este no es un buen momento”,
dijo Maria da Gloria Teixeira, epidemióloga de la Universidad Federal
de Bahia.
Las
preocupaciones se repiten en otros países del hemisferio sur. Australia
ha tenido un número de casos confirmados similar al de Brasil, pero las
autoridades han dicho que esperan que eso aumente rápidamente cuando
llegue el invierno.
Eso también se podría aplicar a otros países
sudamericanos como Argentina y Chile, que tienen menos población que
Brasil, pero tienen climas más fríos.
Expertos en enfermedades
infecciosas dicen que no pueden estar seguros de si el coronavirus es
estacional, porque no ha estado presente el tiempo necesario para reunir
evidencia suficiente. Sin embargo, con enfermedades respiratorias como
resfríos y gripes, los científicos creen que el aire frío causa
irritación nasal y de las vías aéreas que hace a las personas más
susceptibles a la infección.
El sur de Brasil, además de ser la
región más fría del país, también tiene a la población de más edad,
según el censo de 2010. En Río Grande do Sul, el estado más meridional
del país, 20% de los habitantes tienen 60 años o más.
Un estudio
realizado por el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de Sao
Paulo sobre el brote de gripe porcina de 2009 confirmó que la mayor
incidencia de infecciones se produjo en los tres estados más fríos y
meridionales de Brasil. Un estudio de 2006 encontró que las muertes por
neumonía y gripe alcanzan su punto máximo en los estados del sur de
Brasil durante el invierno.
“Podemos
suponer que el coronavirus se ajustará al mismo marco”, dijo Expedito
Luna, investigador del Instituto de Medicina Tropical.
El jueves
fue el último día de verano de Brasil. El gobierno pronosticó que el
brote alcanzará su punto máximo en abril y mayo. Pero a medida que
cambian las estaciones, es posible que se deba desechar esas
estimaciones.
Cuarentena durante 15 días desde el martes
El gobernador del estado
de Sao Paulo, el más golpeado de Brasil por la pandemia del coronavirus,
decretó este sábado la cuarentena durante 15 días a partir del martes, lo
que implicará el cierre de todos los "servicios no esenciales" del
corazón económico del país.
"El estado de Sao Paulo decreta la
cuarentena por 15 días desde el 24 de marzo hasta el 7 de abril",
anunció Joao Doria en una rueda de prensa.
La medida "implica el cierre de todo el comercio y de los
servicios no esenciales", incluyendo "bares, cafés y restaurantes", pero
no afectará a la industria, porque esta "no tiene ninguna atención al
público", explicó.
Solo podrán funcionar los servicios de salud,
de seguridad, los bancos, supermercados, panaderías y el transporte
público, respetando las medidas de prevención de contagios.
Doria recomendó con insistencia que los mayores de 60 años se "queden en sus casas".
El
estado de Sao Paulo, de 44 millones de habitantes (casi uno de cada
cinco en Brasil), registró hasta ahora 15 de las 18 muertes por
coronavirus en Brasil, así como 459 de los 1.128 casos confirmados de la
enfermedad, según el balance publicado este sábado por el Ministerio
brasileño de Salud.
Aunque las industrias no fueron incluidas en
la cuarentena, se prevé que se paralice una región que produce casi un
tercio del PIB de Brasil, dado que numerosas industrias dieron asueto
forzado a su personal.
Al menos 35 plantas de montaje de autos, la
mayoría en Sao Paulo, decidieron suspender sus actividades a partir del
lunes, dejando inactivos a unos 100.000 operarios, según el diario O
Estado de Sao Paulo.
El frenazo económico provocado por la crisis
sanitaria mundial obligó al gobierno brasileño a recortar drásticamente
sus previsiones de crecimiento para 2020, de 2,4% antes del inicio de la
crisis a un crecimiento nulo (+0,02%).
Tanto
Sao Paulo como Rio de Janeiro, entre otros estados, ya habían decretado
en la última semana la suspensión de clases, eventos masivos y misas,
así como el cierre de shoppings y restricciones en los transportes
públicos para reducir las circulación de personas.
"Sabemos que
estamos en una guerra y esa guerra deberá ser enfrentada con decisiones
correctas, rápidas y eficientes", dijo Doria, quien ha implementado
medidas cada vez más restrictivas para contener la propagación del
virus, al igual que Rio, donde ya a partir de este sábado está prohibida
la circulación en sus populares playas.
El gobernador de Rio,
Wilson Witzel, también pretende prohibir los vuelos procedentes de
estados con casos de covid-19 y el cierre de carreteras, pero el
presidente brasileño Jair Bolsonaro emitió este sábado un decreto que
considera que esas son decisiones que dependen de la órbita federal.
"Pareciera que Rio de Janeiro es otro país. No lo es. Somos una federación", se quejó el viernes Bolsonaro.
El
alcalde de Rio, Marcelo Crivella, indicó este sábado que pedirá al
gobierno que los militares patrullen la acomodada zona sur de la ciudad,
para ayudar a reducir la circulación de ancianos.
El ministerio
de Defensa activó el viernes un centro de operaciones y 10 comandos
conjuntos prontos para ayudar en los controles en aeropuertos, puertos y
terminales marítimas, así como en las fronteras, entre otras tareas.
El
jueves, Brasil cerró sus fronteras terrestres con todos sus vecinos,
exceptuando Uruguay, y vedó a partir del lunes el acceso a ciudadanos de
la mayor parte de Europa y de numerosos países de Asia, incluyendo
China, Corea y Japón.
El ministro de Salud, Henrique Mandetta,
estima que la epidemia del covid-19 alcanzará en Brasil su auge entre
abril y junio, y que solo a partir de septiembre se registrará una caída
acentuada de los casos.
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