PARÍS.- Afectados por la
deserción de participantes, los organizadores de ferias internacionales
se interrogan sobre si continuar, aplazar o cancelar sus actividades
ante la crisis del nuevo coronavirus, que golpea a un sector
floreciente.
Gigante de las ferias internacionales, con cerca de
110.000 visitantes y 2.800 empresas expositoras, el Congreso Mundial del
Móvil (MWC), organizado en Barcelona, canceló su edición 2020, ante la
falta de participantes.
Facebook, BT, Cisco, Nokia, Amazon, Sony... La lista de
pesos pesados que habían anunciado que no asistirían aumentó en los
últimos días, obligando a los organizadores a reunirse de urgencia este
miércoles para tomar una decisión.
Una cancelación será un fuerte
golpe para este sector que genera 1,3 millones de empleos y 137.000
millones de euros (unos 150.000 dólares) de gastos directos, según la
UFI, asociación que agrupa a los organizadores de ferias, que registra
32.000 actividades de este tipo cada año en el mundo.
"Por ahora,
la prioridad es tratar de tranquilizar a las partes interesadas. Si la
situación se deteriorara, con un caso de contaminación en un salón, se
pasaría al modo crisis con medidas de precaución reforzadas, por ejemplo
limitando el acceso al acontecimiento", matiza Fabrice de Laval,
director jurídico del sindicato de actividades, Unimev.
Varias
ferias de menor importancia fueron ya anuladas en las últimas semanas,
principalmente en China, debido a la epidemia del COVID-19.
Entre
estas, la feria de arte contemporáneo Art Basel, prevista a fines de
marzo en Hong Kong, y la Conferencia y Exposición sobre la aviación de
negocios en Asia a fines de abril en Shanghái.
En Europa, por
ahora, las decisiones han sido menos radicales, aunque fue cancelada una
feria de relojeros en Zúrich y se aplazó un foro de inversión en Sochi,
en Rusia.
"El nuevo coronavirus
pone un desafío para los próximos meses", subrayó el director general de
la UFI, Kai Hattendorf, quien asegura, no obstante, que el sector de
las ferias internacionales es "resistente".
Para Philippe Pasquet,
director general del polo "ferias" de GL Events, "sin duda habrá un
impacto, pero muy diferente de una feria a otra, y nadie puede medirlo
en esta fase".
"La presencia de China en las ferias internacionales es
hoy mucho más importante que durante la epidemia de SRAS (en 2002-2003).
Entonces, el impacto es mayor", explicó.
A fines de
enero, ese grupo francés especializado en la organización de ferias
profesionales, presente a una veintena de países, decidió aplazar tres
exposiciones previstas en Pekín, a petición de las autoridades chinas.
"A
la larga todo va a depender de cuánto dure la epidemia. Por ahora, no
creemos que vaya a durar, pero somos prudentes", estimó Pasquet, quien
dice no temer "tanto al virus como a la psicosis vinculada a la
epidemia".
Desde un punto de vista puramente financiero, cancelar
una feria al inicio del año sigue siendo factible para los organizadores
que suscribieron un seguro antes de la declaración de la epidemia. Pero
el asunto podría volverse un rompecabezas en las próximas semanas.
"Ahora
que el riesgo está demostrado, los organizadores y los expositores ya
no tienen posibilidad de tomar un seguro de cancelación", advirtió
Laval.
"Los organizadores tienen un papel de jefe de orquesta, la
incertidumbre debilita su modelo económico para las futuras ferias",
agregó.
Más allá de las ferias, son todas las actividades profesionales internacionales las que podrían verse amenazadas.
"Tendremos
mucho menos gente en los desfiles. Los profesionales y los
'influencers' chinos del sector no van a venir y se van a poner en
marcha medios de vídeo. Eso puede representar 30% menos de invitados en
los desfiles según las marcas", advirtió el gerente general del grupo
comercial Kering, François-Henri Pinault, a pocos días de la Semana de
la Moda de Milán y París.
Hasta ahora, la epidemia del COVID-19 ha
dejado más de 1.100 muertos y más de 45.000 infectados, la gran mayoría
de ellos en China.
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