BRUSELAS.- La Comisión Europea sigue con enorme preocupación la evolución del coronavirus en Italia
y reconoce que los acontecimientos de las últimas horas demuestran "lo
importante" que es que los Estados miembros extremen la coordinación y
estén preparados para afrontar un virus que ha dejado ya siete muertos
en el país transalpino. Sin embargo, ante un posible cierre de fronteras,
para evitar la propagación del llamado COVID-19, su respuesta es
tajante y prudente al mismo tiempo: cualquier restricción de viaje debe
basarse en una evaluación de riesgo, evidencias científicas y debe ser proporcionada.
"Es muy importante subrayar que por el momento la Organización Mundial de la Salud no
ha recomendado imponer restricciones de viaje o de comercio", ha
explicado la comisaria de salud, Stella Kyriakides. Junto a ella, en una
rueda de prensa convocada a raíz del agravamiento de la situación en
Italia, ha comparecido el comisario responsable de gestión de crisis,
Janez Lenarcic.
"Este tipo de medidas son competencia de los Estados miembros.
Cualquier posible medida, incluidos los controles fronterizos, debe
basarse en un análisis de riesgo creíble y evidencias científicas, debe
ser proporcional y tomarse de forma coordinada con otros Estados
miembros", ha añadido el comisario esloveno insistiendo en una respuesta
"como Unión" y "no individual".
Ambos han insistido también en la importancia de que las autoridades sanitarias de los 27 respeten las recomendaciones de la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades
(ECDC en sus siglas en inglés) que este martes enviarán una misión
conjunta a Italia para recabar información, aunque desde Bruselas
aseguran que están satisfechos con la cooperación y transparencia con la
que ha actuado hasta ahora el Gobierno italiano.
"Entiendo
que haya preocupación. Es una situación de preocupación global" pero
"necesitamos actuar en base a evidencias científicas y cualquier tipo de
interpretación diferente no nos ayudará a afrontar este problema de
forma coordinada", ha recordado Kyriakides.
"Nos tenemos que tomar esta situación de forma sería"
pero "sin caer en el pánico en la difusión de noticias falsas", ha
añadido reiterando que "no hay razones" para imponer restricciones de
viaje.
"Se que me repito pero debe haber un análisis de riesgo creíble y
las medidas deben ser proporcionadas", ha apuntado Lenarcic.
La
Comisión Europea es consciente de que el código de fronteras del
espacio de libre circulación de Schengen permite a los gobiernos reintroducir controles fronterizos de forma temporal
en caso de que identifiquen riesgos para el orden público y la
seguridad. Hay varios países de hecho que todavía mantienen estos
controles activos en las fronteras internas de la UE. Es el caso de
Francia, Dinamarca, Suecia y Noruega, por la persistente amenaza
terrorista, o por las repercusiones de posibles movimientos migratorios
secundarios en el caso de Austria y Alemania.
Pese
al bloqueo durante unas horas esta pasada madrugada de un tren que
hacía el recorrido entre Italia y Austria debido a dos pasajeros
sospechosos, la Comisión Europea ha informado de que no ha recibido
ninguna notificación de reintroducción de controles a cuenta del
Covid-19 y su opinión en estos momentos es que no son necesarios.
"Nuesto recomendación a los Estados miembros no incluye la reintroducción de controles en las fronteras internas",
ha zanjado el portavoz Adalbert Jahnz. Aún así, son conscientes de que
el coronavirus podría convertirse en un nuevo motivo.
"No vamos ahí por
el momento pero trabajamos en varios escenarios y planes de
contingencia", asegura Lenarcic que ha recordado que la única
recomendación de prohibición de viaje emitida por el Ejecutivo
comunitario se refiere a sus funcionarios para evitar que viajen a
China, Hong Kong u Macao.
En el caso de este análisis, la Comisión Europea ha anunciado que destinará un nuevo paquete de ayudas de 232 millones de euros para
mejorar diagnósticos, atender a personas afectadas por el virus y
prevenir la transmisión a nivel mundial.
De este montante, 114 millones irán a apoyar a la OMS,
en particular para la puesta en marcha de planes de contingencia en
países con sistemas sanitarios menos desarrollados y con capacidades
limitadas aunque parte de esta asignación está sujeto a una decisión del
Parlamento Europeo y el Consejo.
Un
segundo sobre de 100 millones de euros, gracias a acuerdos
público-privados con la industria farmacéutica, se invertirán en el
desarrollo de nuevas vacunas así como la investigación de proyectos
epidemiológicos, diagnóstico y otras medidas de prevención.
Otra partida
adicional de 15 millones irá a Africa, incluidas medidas de apoyo al
Instituto Pasteur de Dakar y otros 3 millones, a través del mecanismo de
protección civil europeo, para la repatriación de ciudadanos europeos
desde Wuhan.
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