HOUSTON.- Ya hay indicios de que las últimas sanciones de Estados Unidos contra Venezuela están fallando.
Rosneft
Trading SA, el principal comprador de crudo venezolano el año pasado,
fue sancionado el 18 de febrero por ayudar a vender el producto que
financia el régimen del presidente Nicolás Maduro. Ahora, otra compañía
afiliada a la gigante petrolera con sede en Moscú, Rosneft PJSC, –que no
está sancionada, y por lo tanto puede comerciar libremente– está
aumentando los envíos desde Venezuela.
TNK
Trading International SA cargará 14,3 millones de barriles de crudo
venezolano en los primeros dos meses de 2020, en comparación con 5
millones en todo 2019, según informes de envío compilados por Bloomberg.
Eso puede compensar cualquier pérdida de ingresos petroleros para la
administración de Maduro, lo que subraya la dificultad de cerrar el
acceso de Venezuela al mercado global.
Los
informes muestran que TNK Trading tiene ocho petroleros destinados a
Asia que están cargados, o programados para cargar. Mientras tanto,
Rosneft Trading, que representaba aproximadamente la mitad de los
874.649 barriles por día de Venezuela en exportaciones en enero, antes
de ser sancionada, no ha tenido envíos desde el 29 de enero.
Rosneft
tomó el control de TNK Trading en diciembre de 2017, de acuerdo con las
revelaciones de Rosneft en su presentación de ese año bajo Normas
Internacionales de Información Financiera. Además, tanto TNK como
Rosneft Trading están registradas en Ginebra en la misma dirección,
muestran las presentaciones de la compañía.
Rosneft
PJSC no respondió a varias solicitudes de comentarios. En el pasado,
Rosneft ha dicho que las sanciones estadounidenses son ilegales, que sus
operaciones en Venezuela son comerciales, no políticas, y que otras
compañías internacionales, incluidas las estadounidenses, operan allí.
El gobierno ruso asegura que las sanciones no afectarán sus relaciones
internacionales con Venezuela ni con cualquier otro país.
Una portavoz del Departamento del Tesoro de Estados Unidos declinó hacer comentarios.
El
presidente de EE.UU., Donald Trump, comenzó a escalar las sanciones
contra Venezuela en 2019, cuando respaldó al líder de la oposición, Juan
Guaidó, como el líder legítimo del país. Las medidas aceleraron el
colapso continuo de una industria petrolera que ya padecía años de
corrupción y mala gestión.
Guaidó
asistió al discurso sobre el Estado de la Unión de Trump a principios
de este mes, y el presidente prometió entonces romper el “control de la
tiranía” de Maduro.
A
pesar de que Estados Unidos sancionó a Rosneft Trading, se abstuvo de
sancionar a la empresa matriz, una medida que mantiene a raya las
interrupciones en el negocio petrolero mundial.
Moscú
ha sido un defensor crucial del régimen de Maduro a lo largo de los
años. Rosneft posee participaciones en cinco empresas de petróleo y gas
natural en Venezuela, y ha prestado US$6.500 millones a la compañía
estatal de energía del país, Petróleos de Venezuela SA, o PDVSA, entre
2014 y 2017, para ser reembolsados en petróleo crudo.
La
deuda pendiente era de aproximadamente US$800 millones al final del
tercer trimestre. La gigante petrolera rusa dejó de publicar
actualizaciones sobre el pago de la deuda después de que Estados Unidos
impusiera sanciones a Rosneft Trading. El operador también ha estado
importando gasolina a Venezuela, que ha sufrido escasez en medio de un
colapso en su red de refinación, la cual en un momento fue una
importante proveedora para EE.UU.
El
“trabajo de Rosneft consiste únicamente en devolver por completo los
prepagos anteriores” realizados a PDVSA, dijo Otabek Karimov,
vicepresidente de comercio y logística en la productora de petróleo
rusa, durante una llamada del 19 de febrero, en respuesta a una pregunta
sobre los beneficios para los accionistas de las operaciones de Rosneft
en Venezuela.
TNK no es ajena a Venezuela. Cargó 16,8 millones de barriles de crudo en
2017, según muestran datos, antes de que las compras se redujeran en
los últimos dos años.
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