MILÁN.- Italia
corre el riesgo de entrar en recesión si no consigue controlar pronto
el coronavirus, que ha dejado ya seis muertos y más de 200 infectados en
Lombardía y Véneto, dos regiones que representan un tercio del producto
interior bruto (PIB) del país.
"Las
dos regiones valen por sí mismas 550.000 millones de euros, el
equivalente al 31 % del PIB de Italia, y representan el 40 % de las
exportaciones. Si dividimos esos 550.000 millones entre doce meses y hablamos de que se bloquee la actividad productiva durante solo un mes, estamos refiriéndonos a pérdidas de miles de millones de euros", explica el economista Andrea Giuricin, que ha sido consultor para el Banco Mundial.
"Italia
corre el riesgo de entrar en recesión ya en el primer trimestre.
Sabemos que en el último trimestre de 2019 el país tuvo una contracción
del PIB del 0,3 %. La situación ya de por sí era difícil, pero ahora
todavía menos, porque la actividad económica está en riesgo en dos
regiones fundamentales desde el punto de vista productivo", añade.
Algunos medios italianos se atreven a vaticinar unas pérdidas de 18 millones de euros al día si el brote siguiera extendiéndose
y el Gobierno italiano se viera obligado a cerrar la provincia de Lodi y
no solo los diez municipios actualmente afectados en Lombardía.
Giuricin
rechaza dar una cifra concreta, pero reconoce que el impacto puede ser
dramático para una economía débil si "se impide a la gente moverse, se
bloquea el transporte, caen las ventas de automóviles, se interrumpe la
producción en las fábricas" durante semanas e incluso meses.
"Si el problema continúa y va a más, el varapalo a las empresas puede traducirse en la pérdida de puestos de trabajo,
no porque determinadas empresas tengan problemas ahora, sino porque
esta situación de bloqueo las dejará sin liquidez para continuar con su
actividad", sostiene.
El
banco de inversiones independiente italiano Equita ha advertido de que
las empresas más golpeadas serán las relacionadas con el turismo, la
gestión de eventos y el consumo.
La
Federación italiana que representa a empresas turísticas y agencias de
viaje (Fiavet) ha pedido al Gobierno italiano un plan que alivie a los
operadores turísticos, porque esta situación golpea enormemente al
turismo en un momento tradicionalmente fructífero, con viajes escolares
por Semana Blanca, Semana Santa, etc.
"Los operadores turísticos representa el 13% del PIB italiano y no pueden ser abandonados", ha señalado Fiavet.
El
ministro de Desarrollo Económico, Stefano Patuanelli, ha convocado para
mañana a los empresarios para debatir qué medidas adoptar y la
directora general de la patronal italiana (Confindutria), Marcella
Panucci, ha señalado que "hay muchas", algunas de carácter "urgente y
otras estructurales", que la economía italiana necesita en este momento.
Panucci
considera esencial que las empresas afectadas queden exentas de pagar
sus contribuciones fiscales y que se favorezca el acceso a créditos
bancarios.
"Se
necesitan otras acciones estructurales para frenar las repercusiones
que esta emergencia causará en las cadenas de producción y en las
empresas que sufran daños indirectos y, sobre todo, en sectores como el
turismo, la logística y el transporte, ya penalizados por la falta de
viajeros chinos y que ahora se enfrentan a consecuencias añadidas",
señala.
Milán ha registrado un 80 % menos de compras de ropa, perfumes y joyas durante la pasada semana, en la que la ciudad lombarda ha acogido la Semana de la Moda, fundamentalmente por la falta de turistas chinos.
Pero
las recientes detecciones del coronavirus en pacientes italianos en
solo tres días y la psicosis desatada ha provocado que firmas como
Armani haya decretado el cierre durante una semana de sus fábricas y
oficinas en el norte del país.
Se han cerrado
supermercados, negocios, restaurantes y oficinas, y empresas como el
banco Intesa Sanpaolo han interrumpido las actividades en las sucursales
en los municipios afectados y ha dispuesto que sus empleados trabajen
desde casa, iniciativa que también han adoptado otras como el grupo audiovisual Mediaset, de la familia Berlusconi, o la petrolera Saipem.
El
economista Giacomo Pasini vaticina que si Italia no consigue contener
el virus tendrá que impulsar otras acciones e incluso suspender el
Acuerdo de Schengen (de libre circulación de personas).
"Cuando
hay una emergencia sanitaria se deben asumir las decisiones que sean
para garantizar la salud publica, incluso cerrar las fronteras", ha
subrayado.
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