NUEVA YORK.- Las
dos mayores petroleras de Estados Unidos, Exxon Mobil y Chevron,
redujeron notablemente sus beneficios en 2019, un año marcado por la
fluctuación en los precios del crudo y la desaceleración económica, que
han afectado a los negocios y la demanda de estas grandes productoras.
La
número uno, Exxon Mobil, cerró el ejercicio con un 31 % menos de
beneficios, hasta los 14.340 millones de dólares, y vio descender su
facturación anual un 9 %, hasta 264.938 millones, con notable debilidad
en el área de refinados del petróleo en combustibles como la gasolina y
el diesel, conocidos como "downstream".
"Nuestras
operaciones fueron bien, pero la longitud de suministro a corto plazo
del 'downstream' y el negocio químico han impactado los márgenes y
resultados financieros", dijo el máximo ejecutivo de la firma, Darren
Woods, quien hace un par de años propuso un plan de gasto para mejorar
beneficios y producción que no acaba de cuajar.
Los
gastos anuales de capital y exploración de Exxon aumentaron un 20 %
interanual, situándose en más de 31.000 millones de dólares, y la cifra
de producción equivalente de petróleo, de la que se divulgó solo la del
cuarto trimestre, se mantuvo "en línea" con la del año pasado, en 4
millones de barriles diarios.
Los
resultados de la firma no fueron bien recibidos en Wall Street, que se
fijó especialmente en ese último trimestre de 2019, en el que los
beneficios descendieron un 5 % respecto al mismo tramo de 2018,
situándose en 5.690 millones de dólares, y las ventas trimestrales
bajaron un 6,6 %, hasta 67.173 millones.
Exxon
destacó una ganancia de 3.700 millones correspondiente a la venta de
sus actividades de exploración y producción en Noruega, que fue
contrarrestada por gastos de 8.500 millones, en buena parte destinados a
"inversiones clave en la cuenca pérmica".
En
una conferencia telefónica, Woods dijo que el sector de los
combustibles fósiles se enfrenta a "condiciones de mercado
extremadamente difíciles" pero insistió en las "ventajas reales" de
"invertir en el punto mínimo de este ciclo".
Por
su parte, Chevron, la segunda mayor petrolera de EE.UU., redujo sus
beneficios anuales un fuerte 81 %, hasta 2.845 millones, lo que
contrasta con el descenso de tan solo el 9 % en las ventas anuales,
hasta 146.516 millones.
Las
cifras se entienden mejor al observar las pérdidas de 6.667 millones de
dólares del cuarto trimestre del año, en el que la firma cargó 10.400
millones en amortizaciones de proyectos de gas esquisto en la región de
Apalachia y de aguas profundas en el Golfo de México, como había
anunciado previamente.
La
facturación entre octubre y diciembre cedió un 14 % y se situó en
36.350 millones, si bien la producción equivalente al petróleo en ese
periodo fue de 3,08 millones de barriles diarios, en la línea del mismo
tramo del año anterior, lo que refleja el impacto de las fluctuaciones
de los precios.
El
presidente y consejero delegado de Chevron, Michael Wirth, se felicitó
por superar los tres millones de barriles diarios en el conjunto del
año, un hito, y aseguró que su flujo de caja procedente de las
operaciones se mantuvo sólido durante 2019.
"Pagamos
9.000 millones en dividendos, recompramos 4.000 millones de acciones,
financiamos nuestro programa de capital y capturamos varias
oportunidades de inversión inorgánicas, mientras reducíamos la deuda en
más de 7.000 millones", desgranó.
Los
resultados de ambas firmas tuvieron una reacción negativa en Wall
Street y encabezaban los retrocesos en el grupo del Dow Jones de
Industriales durante otra jornada de preocupación por el impacto del
coronavirus de Wuhan sobre la economía global.
A
media sesión en la Bolsa de Nueva York, Chevron cedía un 4,01 % y Exxon
Mobil un 3,90 %; la primera perdió casi un 10 % de su valor el año
pasado, y la segunda un 18 %. Por su parte, el precio del petróleo de
Texas bajó más del 7 % en 2019, pero desde que comenzó este año debido a
las tensiones geopolíticas ha caído un 16 %.
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