PARÍS.-
Las desactualizadas normas impositivas transfronterizas serán
reescritas después de que 137 estados intentaron esta semana evitar una
nueva guerra comercial por la multiplicación global de los gravámenes
sobre los servicios digitales.
Amazon,
Facebook y Google han forzado las reglas existentes hasta el punto de
una ruptura, ya que los gigantes tecnológicos pueden contabilizar
beneficios en países con bajos impuestos como Irlanda, sin importar
dónde se encuentren sus clientes.
Autoridades
gubernamentales acordaron en una reunión en París negociar nuevas
directrices sobre dónde deberían pagarse los impuestos y qué parte de
los beneficios tendrían que gravarse cuando las grandes empresas
digitales, y otras firmas orientadas al consumidor, no tienen presencia
física en el mercado, dijo la Organización para la Cooperación Económica
(OCDE).
Un
número creciente de países está preparando impuestos digitales a nivel
nacional en ausencia de una nueva redacción de las normas, a pesar de la
amenaza de Washington de imponer aranceles porque considera que tales
gravámenes son discriminatorios contra las tecnológicas estadounidenses.
Las
autoridades fiscales tienen solo pocos meses para hablar antes de la
fecha límite de principios de julio que establecieron para lograr un
acuerdo sobre complejos parámetros técnicos. Su meta es alcanzar un
pacto total a fines de 2020.
"Se
está avanzando rápidamente porque lo que está en juego es una guerra
comercial a gran escala", dijo a periodistas en París el jefe de
política fiscal de la OCDE, Pascal Saint-Amans.
París
y Washington acordaron una frágil tregua la semana pasada para aparcar
hasta fin de año una disputa sobre los impuestos digitales aplicados por
Francia, con el propósito de dar tiempo a que se redacten las nuevas
normas fiscales internacionales.
Es
probable que una de las negociaciones más intrincadas que se darán en
los próximos meses se refiera a una propuesta de Estados Unidos para que
se permita a las empresas elegir si se someten a las normas existentes o
a los acuerdos futuros.
Los
países deberán acordar umbrales de rentabilidad específicos, otorgando a
los gobiernos derechos para imponer impuestos a las multinacionales.
Pero a algunas naciones en desarrollo les preocupa que este umbral se
adapte a los países desarrollados y también les inquieta una propuesta
sobre un mecanismo vinculante de resolución de disputas.
Los
gobiernos acordaron en París que las nuevas reglas se aplicarían no
solo a empresas de servicios digitales como motores de búsqueda,
plataformas de redes sociales o servicios de computación en nube, sino
también a firmas más tradicionales que venden directamente a los
consumidores finales.
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