martes, 7 de enero de 2020

Guaidó se abre paso entre forcejeos y regresa a la Asamblea de Venezuela

CARACAS.- El líder opositor Juan Guaidó desafío el martes los cordones militares y volvió a la sede de la Asamblea Nacional de Venezuela, para dirigir una sesión legislativa en un nuevo capítulo en la lucha de poderes con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro. 

El choque por la presidencia del cuerpo legislativo se desató el domingo, cuando el oficialismo designó como jefe del Congreso a un diputado expulsado de la oposición. Pero Guaidó logró ser reelegido ese mismo día por 100 votos, de 167 votos posibles, en una sesión realizada en otro lugar de Caracas.
El control de la Asamblea es clave en la crisis política venezolana, porque es la única instancia institucional en la que opera la oposición y que está fuera del dominio del Gobierno de Maduro.
En una rápida sucesión de incidentes, Guaidó llegó en una furgoneta a las cercanías del parlamento y caminó junto a decenas de diputados opositores hacia una de las entradas del edificio, donde fue frenado por militares antidisturbios.
Los opositores lograron penetrar la barrera y subir hasta el podio, que poco antes estaba en manos de Luis Parra, el diputado designado por el oficialismo.
Tras una rápida sesión, Guaidó y otros diputados opositores fueron recibidos con gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad venezolanas. Guaidó se dirigía a pie hacia la sede administrativa del parlamento a unas dos manzanas de distancia cuando se suscitó la acción de los uniformados. 

El líder opositor Juan Guaidó juró este martes cumplir con los "deberes de presidente encargado" de Venezuela como jefe del Parlamento, una victoria simbólica para la oposición en su pugna con el gobernante socialista Nicolás Maduro.
El opositor forzó la entrada junto a un centenar de diputados, abriéndose paso a empujones frente a militares que bloqueaban las puertas del hemiciclo, dos días después de ser impedido de juramentarse en la sede del Legislativo y de que otro diputado opositor se autoproclamara ahí presidente de la Cámara con apoyo del chavismo.
La sesión en la sede del Congreso estuvo marcada por ataques de partidarios de Maduro contra él y otros legisladores, miembros del cuerpo diplomático y periodistas.
Una fuente diplomática informó que representantes de países de Europa y Japón resultaron "severamente golpeados" por "colectivos" -grupos acusados por la oposición de ser un "brazo armado" del chavismo-, que les arrojaron piedras.
"¡Lo juro!", gritó Guaidó desde el podio presidencial de la unicameral Asamblea Nacional, único poder en manos de la oposición en el país caribeño.
El opositor llamó a revitalizar las protestas -tras meses en los que su poder de convocatoria ha caído-, convocando poco después, durante una rueda de prensa, a "actividades de calle" para jueves, viernes y sábado y a una movilización hacia el Congreso para el próximo martes.
Desde el cargo de jefe del Legislativo, Guaidó se proclamó mandatario interino en enero de 2019 con reconocimiento de medio centenar de países. Renovó este martes su juramento de cumplir "en nombre de Venezuela" con "los deberes de presidente encargado" y buscar "solución a la crisis".
Guaidó encabeza la pugna por el poder contra Maduro, a quien la mayoría opositora legislativa declaró "usurpador" acusándole de reelegirse fraudulentamente en 2018, e insiste en una ruta hacia un "gobierno de transición" y nuevas elecciones presidenciales.
La oposición controla la Asamblea Nacional desde que ganó 112 curules de 167 posibles en las elecciones de 2015.
Pero las funciones del Parlamento, sin embargo, fueron asumidas en la práctica por la oficialista Asamblea Constituyente, después de que el Tribunal Supremo de Justicia lo declarara en desacato en 2016.
La juramentación "no se trata de poder", aseguró el presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León. "Su valor real es como símbolo de lucha y unidad" de la oposición.
Guaidó dirigió una accidentada sesión. Un corte eléctrico obligó a los legisladores a iluminar el recinto con sus teléfonos celulares.
"Era vital" tomar "físicamente el hemiciclo. Es un símbolo, como la corona de un rey, aunque no quiere decir que ganó la guerra", dijo León.
Cuando Guaidó dejaba el Parlamento, miembros de "colectivos" le arrojaron una pequeña granada de gas lacrimógeno. Salió ileso.
Varios periodistas sufrieron agresiones, dijo el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), principal agrupación del gremio periodístico en Venezuela. El País de España denunció que su corresponsal, Francesco Manetto, fue "golpeado" por una "turba" mientras grababa con su celular.
Guaidó llegó al Congreso en una camioneta acompañado por una caravana de autobuses con diputados opositores, tras recorrer unos cinco kilómetros por el centro de Caracas sorteando piquetes policiales.
Al llegar al Palacio Legislativo, efectivos de la militar Guardia Nacional le cerraron el paso. "¡Esto no es un cuartel!", les gritó Guaidó sobre los hombros de parlamentarios antes de pasar a empujones.
El domingo no logró entrar a la sede legislativa, y fue finalmente ratificado como jefe del Parlamento -con 100 votos de diputados opositores- en una sesión en las instalaciones del diario El Nacional, crítico de Maduro. 
Estados Unidos, la Unión Europea y aliados regionales como Colombia o Brasil renovaron su respaldo a Guaidó.
Washington advirtió este martes que tomará medidas si se produce una escalada y el líder parlamentario es arrestado.
El diputado rival Luis Parra, autoproclamado el domingo presidente de la Asamblea, presidió justo antes otra sesión con diputados oficialistas y disidentes de oposición.
El lunes, llamó a Guaidó -con quien rompió hace un mes tras ser acusado de corrupción- a presentarse en el hemiciclo "como un diputado más", pero al llegar el líder opositor, abandonó el lugar.
Parra se juramentó el domingo en el Palacio Legislativo con apoyo chavista, tras una consulta a mano alzada -sin conteo de votos- en una sesión sin Guaidó. Aseguró que 81 diputados aprobaron su postulación, menos de la mitad (84) reglamentaria.
La oposición denunció la proclamación de Parra como un "golpe de Estado parlamentario", pero Maduro reconoció al disidente opositor.

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