CARACAS.- El líder opositor Juan
Guaidó, ratificado como presidente del Parlamento de Venezuela, busca
recuperar poder de convocatoria con asambleas ciudadanas y protestas en
su intento por expulsar al mandatario Nicolás Maduro del poder.
Diputados opositores encabezaron este jueves, a finales de la tarde, pequeñas asambleas ciudadanas.
"Salí a apoyar a nuestro presidente encargado y nuestros
diputados, que están dando la cara", dijo Marceydis Pérez, una
abogada de 39 años, reunida con una treintena de vecinos en una
urbanización del este de Caracas.
Guaidó, quien desde la jefatura
del Parlamento asumió el 23 de enero de 2019 la presidencia interina de
Venezuela con reconocimiento de medio centenar de países, llamó a
"actividades de calle" para jueves, viernes y sábado.
Convocó igualmente a una manifestación para el próximo martes hasta el Palacio Legislativo.
El
legislador opositor Juan Pablo Guanipa, elegido como primer
vicepresidente del Parlamento, anunció este jueves "asambleas, cabildos
abiertos" y visitas "casa por casa" en todo el país.
"La dictadura tratará de
responder y debemos levantarnos", escribió Guaidó en Twitter momentos
después de jurar el martes como "presidente encargado" del país al
frente del Parlamento.
El líder parlamentario busca avivar
nuevamente los ánimos opositores después de meses de pérdida de
convocatoria en los que le fue imposible reeditar las multitudinarias
protestas de principios de 2019.
Con 100 votos de legisladores opositores, Guaidó fue
reelegido el domingo jefe de la unicameral Asamblea Nacional, tras la
autoproclamación del diputado rival Luis Parra como presidente de la
Cámara con apoyo del oficialismo.
Ha insistido desde entonces en
revitalizar su ofensiva contra Maduro en busca de un "gobierno de
transición" que convoque a comicios presidenciales. La mayoría opositora
del Congreso declaró "usurpador" al mandatario socialista acusándole de
haber sido reelecto fraugulentamente en 2018.
Tras fracasar sus
intentos de deponer a Maduro en 2019, asegurando haberlo "intentado
todo", la popularidad de Guaidó cayó de 63% en enero a 38,9% en
diciembre, según la encuestadora Datanálisis.
El
Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela, formado por países
europeos y latinoamericanos, se sumó este jueves a Estados Unidos, la
Unión Europea y aliados regionales, reiterando su apoyo a Guaidó y
asegurando que la elección de Parra "no puede ser considerada legítima".
Mientras, en una muestra de apertura diplomática, Washington
-principal aliado internacional de Guaidó- instó este jueves a
establecer "una rápida transición negociada a la democracia" en el país
caribeño, que permita organizar nuevos comicios y así poner fin a la
crisis política.
El secretario de Estado estadounidense, Mike
Pompeo, llamó a celebrar tanto elecciones presidenciales como
legislativas antes de fin de año.
Un portavoz del Departamento de
Estado dijo que "la política de Estados Unidos hacia Venezuela
se ha mantenido consistente".
"Las acciones de Maduro el 5 de
enero demostraron sin lugar a dudas que es incapaz de supervisar
elecciones libres y justas", agregó, en alusión al día en que las
fuerzas de seguridad venezolanas impidieron a Guaidó ingresar al
Parlamento, mientras se autoproclamaba presidente del Parlamento un
legislador con apoyo del chavismo.
Más temprano, el canciller
venezolano, Jorge Arreaza, denunció que la administración de Donald
Trump buscó respaldo internacional para "intervenir" en las venideras
elecciones parlamentarias.
El gobierno socialista promete prontas elecciones legislativas para este año, aún sin fecha, previendo una victoria.
"Este
año va a haber elecciones de la Asamblea Nacional", reafirmó el
miércoles en rueda de prensa el número dos del chavismo, Diosdado
Cabello, quien preside la oficialista Asamblea Constituyente que rige el
país con poderes absolutos.
El oficialismo, que tachó de "triste espectáculo" la
disputa entre Guaidó y Parra por la presidencia del Parlamento, asegura
que con esos comicios "se resuelve el problema de fondo".
Maduro
reconoció como jefe parlamentario a Parra, un legislador que después de
ser acusado de corrupción rompió con Guaidó a principios de diciembre.
Sin embargo, grupos críticos dentro se reagruparon en torno al líder opositor luego de la autoproclamación de su adversario.
Parra, en tanto, promete la "despolarización" del Congreso y apunta a "normalizar" la "actividad parlamentaria".
Las
funciones del Parlamento fueron asumidas en la práctica por la
Constituyente, después de que el Tribunal Supremo de Justicia -de línea
oficialista- lo declarara en desacato en 2016.
La oposición controla el Legislativo desde que ganó 112 curules de 167 posibles en las elecciones de 2015.
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