ROMA.- El Banco de Italia ha intervenido la entidad financiera Banca
Popolare di Bari y ha nombrado a dos administradores extraordinarios
temporales que la gestionarán hasta que el Gobierno decida cómo
rescatarla y evitar su quiebra.
El
Banco de Italia informó que ha disuelto los
órganos directivos del banco y ha nombrado a Enrico Ajello y a Antonio
Blandini administradores extraordinarios, después de comprobar que la
financiera acumula enormes pérdidas en sus cuentas.
El banco central italiano ha designado también un comité de
vigilancia, formado por tres expertos, que supervisará la situación,
preparará la documentación necesaria para una posible recapitalización y
negociará con los sujetos potencialmente interesados en participar en
el proyecto.
El Banco de Bari ha comunicado por su parte que mantiene su operatividad.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que el viernes dijo en
Bruselas que por ahora no había "necesidad de intervenir ningún banco",
ha pedido este sábado perdón a los ciudadanos por haberles mentido y ha
reconocido que ya sabía de la situación cuando hizo esas declaraciones.
"En Bruselas no pude anticipar a las Cámaras lo que estaba
ocurriendo. Pido disculpas a los ciudadanos, por primera vez estaba
omitiendo algo pero no podía hablar con los mercados abiertos", ha dicho
en una rueda de prensa en Roma.
No solo se ha disculpado, sino que Conte ha adelantado que el
Gobierno va a actuar para evitar la bancarrota, a través del banco
MedioCredito Centrale, que es de titularidad pública, pues está
controlado por el Ministerio de Economía a través de la agencia de
inversión Invitalia.
"Proporcionaremos a MedioCredito Centrale los recursos necesarios
para después intervenir, junto con el fondo interbancario, en la
recuperación de Banca Popolare di Bari. Tendremos una especie de banco
de inversiones del Sur con participación pública", ha indicado.
Según el diario económico Il Sole 24 Ore, la intención del
Ejecutivo es facilitar una ampliación de capital en MedioCredito para
que pueda participar, junto con el Fondo Interbancario de Garantía de
Depósitos (FITD) y otros inversores, en el rescate del banco, que
necesita una inyección de capital de 1.000 millones de euros.
Pero para que el FITD -que está financiado por todos los bancos
italianos- se interese tiene primero que haber un plan de negocios
viable y detallado, como ocurrió en el caso de Banca Carige, intervenida
el pasado enero por el Banco Central Europeo (BCE) también por amenaza
de bancarrota.
"El Gobierno debe actuar para salvar a Banca Popolare di Bari como ha
sucedido con otras realidades de nuestro país. De lo contrario,
observaremos el desmoronamiento de todo el tejido económico de la ciudad
y más de 70.000 familias perderán sus ahorros", ha pedido el alcalde de
Bari, Antonio Decaro.
La entidad italiana, que cuenta con menos de 3.000 empleados, ya
había iniciado en los últimos días procedimientos para exigir
responsabilidades por mala gestión a un ex consejero delegado y a varios
exdirectivos.
Los medios italianos publican este sábado que la Fiscalía de Bari ha
abierto una investigación, después de que el regulador bursátil italiano
(Consob) haya informado de que el banco no envió la documentación sobre
su balance cuando fue requerida.
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