sábado, 14 de diciembre de 2019

Las partes apelan en su último borrador de la COP25 a la ciencia y a la ambición

MADRID.- El último borrador facilitado por las partes implicadas en las negociaciones de la COP25 destaca el peso de la ciencia en la lucha contra la emergencia climática e insiste en la necesidad de mantener el aumento de la temperatura media muy por debajo de los 2 grados respecto a niveles preindustriales.

El texto, entregado esta mañana por los negociadores, reconoce los esfuerzos y las preocupaciones de la sociedad civil, en particular de los jóvenes y los pueblos indígenas, sobre la necesidad de adoptar medidas climáticas urgentes y ambiciosas a nivel mundial por lo que hace una llamada al papel del multilateralismo.
Reconoce asimismo que las medidas adoptadas para hacer frente al cambio climático son más eficaces si se basan en la mejor ciencia disponible y se reevalúan continuamente a la luz de los nuevos descubrimientos.
En este sentido, valora el papel del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en la aportación de información científica y pone de relieve, con gran preocupación, la urgente necesidad de abordar la brecha entre los esfuerzos de mitigación en lo que respecta a emisiones de gases de efecto invernadero para 2020 y las trayectorias de esas emisiones.
El texto resalta en otro punto que la necesidad de adaptación es importante y que unos mayores niveles de mitigación pueden reducir la necesidad de esfuerzos adicionales de adaptación y sus costes, y por ello, destaca la urgencia de aumentar la ambición a fin de garantizar que todas las partes realicen los mayores esfuerzos posibles de mitigación y adaptación.
Asimismo, recuerda el compromiso contraído por los países desarrollados de movilizar conjuntamente 100.000 millones de dólares anuales para 2020 a fin de atender las necesidades de los países en desarrollo, que se enfrentan a continuos problemas para acceder al apoyo financiero, tecnológico y de fomento de la capacidad.
El borrador del documento subraya la contribución esencial de la naturaleza a la lucha contra la emergencia climática y sus efectos, así como la necesidad de abordar la pérdida de biodiversidad y el cambio climático de manera integrada.
Además, recuerda los imperativos de una transición justa de la fuerza de trabajo y la creación de empleos de calidad de conformidad con las prioridades de desarrollo definidas a nivel nacional.
El texto sugiere al presidente del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico que convoque para el mes de junio de 2020 un diálogo sobre los océanos y el cambio climático y un diálogo sobre cuestiones relacionadas con la tierra que no hayan sido abordadas en otros procesos de la Convención, el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París.

Las negociaciones de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU se prolongarán toda la noche para lograr llegar a un acuerdo “consensuado” y “realmente ambicioso” que esté a la altura de lo que la sociedad de todo el mundo pide, según ha anunciado la presidenta de la COP25 y ministra chilena de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, que ha destacado que “ahora” las posturas se han ido acercando.
“Quiero hablarles desde el corazón. Ha sido largo, ha sido duro, ha sido difícil encontrar un consenso que nos permita avanzar con la ambición en las demandas que hoy en día la gente espera de nosotros”, ha iniciado Schmidt en la reunión de pleno informal que se ha retrasado hasta en cinco ocasiones a lo largo del día, después de que esta mañana a las 9.00 se evidenciaran grandes diferencias en las posturas de las partes.
Así, ha anunciado que las negociaciones seguirán esta noche, a partir de la 01.30 horas y que a las 03.30 horas empezarán a definirse los planes para llegar a un acuerdo y llevarlo al pleno para su aprobación.
La presidenta chilena de la COP ha pedido a la ministra española para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, que realice las consultas sobre el Acuerdo de París, el Mecanismo de Varsovia y el Protocolo de Kioto, mientras ella misma se encargará de liderar personalmente las conversaciones sobre el artículo 6.
El representante de Papua Nueva Guinea ha pedido la palabra para criticar que en las últimas seis horas el 90 por ciento de los participantes no se han involucrado en las negociaciones y ha advertido de que para llegar a un consenso no puede haber exclusión.
Poco antes del plenario, diversos observadores y la Alianza de Pequeñas Islas han denunciado que se les había dejado a un lado en negociaciones relacionadas con los mercados de carbono y el Mecanismo Internacional de Varsovia de Pérdidas y Daños. Por ello, le ha pedido que abra el proceso para que haya transparencia y se involucre a todos los países en el mismo.
Por su parte la ministra ha asegurado que está “totalmente de acuerdo” con la necesidad de llevar a cabo un proceso transparente con la participación de todos. “Espero que lo podamos hacer en la forma correcta. Cuenten con ello. Muchas gracias a todos. Pongámonos a trabajar”, ha añadido la ministra que ha pedido un “último esfuerzo” a los delegados.

Las ambiciones climáticas

Las principales diferencias que continúan separando a muchos países e impidiendo el acuerdo se centran en la ambición climática; algunos, liderados por la Unión Europea (UE), inciden en la importancia de que todos los Estados que se han sumado al Acuerdo de París revisen al alza el próximo año sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas).
Otros países, entre ellos Brasil, China y la India, prefieren ralentizar esas contribuciones al alza y dan una mayor prioridad a las revisiones de los compromisos financieros de las naciones más desarrolladas para contribuir a mitigar los efectos del cambio climático en las más vulnerables.
Distancia mucho a las partes todavía la regulación de los mercados de carbono (el artículo 6 del Acuerdo de París) y su ordenación en un sistema único y transparente que ordene el comercio de derechos de emisión de dióxido de carbono en todo el mundo.
Persisten dos grandes escollos relacionados con los mercados de carbono: uno, el referido a la doble contabilidad que algunos países quieren evitar y, otro, el relativo a la transición de los remanentes de derechos de emisiones que algunos Estados conservan del Protocolo de Kioto y que pretenden mantener en la transición al Acuerdo de París.
Muchas de las partes presentes en la Conferencia defienden que se aparquen los asuntos más técnicos y sofisticados de esa regulación de los mercados de carbono hasta otra cita para no bloquear o impedir el acuerdo final, ya que esta falta de consenso no impide que el Acuerdo de París entre plenamente en vigor en 2020.
Algunos países han sido también muy críticos con la prioridad que concede el texto al informe científico sobre los océanos frente al del uso de la tierra; precisamente Chile, que preside esta cumbre, ha tenido desde el inicio un interés muy marcado por que ésta fuera la “COP Azul”.
La COP25 ha cobrado una especial relevancia por tratarse de la última negociación climática mundial antes de la entrada en vigor del Acuerdo París, que compromete a los países a evitar que la temperatura del planeta crezca por encima de 1,5 grados en este siglo para evitar los efectos más catastróficos del calentamiento.

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