MADRID.- Las principales economías se resistieron a ceder a las demandas en favor
de compromisos climáticos más audaces en una cumbre de la ONU que veía
retrasada su conclusión el sábado en Madrid, reduciendo las esperanzas
de que el mundo actúe a tiempo para evitar que el aumento de las
temperaturas cause estragos sobre la población y la naturaleza.
Con la reunión de dos semanas de duración prolongándose hasta el fin
de semana, los activistas y muchas naciones criticaron a Chile, que
preside las conversaciones, por esbozar un texto que, según dijeron,
corre el riesgo de hacer retroceder el Acuerdo de París de 2015 para
abordar el calentamiento global.
“En un momento en el numerosos
científicos advierten sobre las terribles consecuencias de que las
emisiones sigan aumentando, con millones de estudiantes saliendo a la
calle a protestar, lo que está ocurriendo aquí en Madrid es una traición
a la gente de todo el mundo”, dijo Mohamed Adow, director de Power
Shift Africa, un centro de estudios sobre el clima y la energía en
Nairobi.
El encuentro anual sobre el clima debía haber concluido
el viernes, pero se prolongó debido a las disputas de los distintos
delegados nacionales sobre la aplicación del Acuerdo de París, que hasta
ahora no ha logrado detener el incremento de las emisiones mundiales de
carbono.
Los participantes en las conversaciones mostraron su
indignación por la falta de voluntad de los principales contaminadores
para mostrar una ambición acorde con la gravedad de la crisis climática,
tras un año de incendios forestales, ciclones, sequías e inundaciones.
La Unión Europea, los pequeños estados insulares y muchas otras
naciones han pedido que la decisión que se adopte en Madrid exprese el
compromiso de los más de 190 países que participan en el Acuerdo de
París para adoptar compromisos más ambiciosos de reducción de las
emisiones para el próximo año.
El acuerdo entra en una
fase crucial de aplicación en 2020, cuando se supone que los países
aumentarán sus objetivos de reducción antes de la próxima gran ronda de
conversaciones que tendrá lugar en Glasgow.
Si los grandes
contaminadores como China, India, Japón, Brasil, Australia y otros no
logran ponerse de acuerdo pronto sobre una actuación climática más
significativa, los científicos advierten que las ya escasas esperanzas
de evitar aumentos catastróficos de la temperatura casi desaparecerán.
A
pesar de que ninguna de las economías avanzadas del mundo está todavía
en camino de poner en marcha el tipo de medidas que, según los
científicos, son necesarias para reconducir la evolución del clima hacia
un camino más seguro, los 28 Estados miembros de la UE, con excepción
de Polonia, acordaron el jueves en Bruselas fijarse un objetivo de cero
emisiones netas para 2050.
Krista Mikkonen, ministra finlandesa
de Medio Ambiente, dijo hablando en nombre de la UE que sería “imposible
poner fin” a las conversaciones sin acordar un “mensaje firme” sobre la
necesidad de redoblar los compromisos de reducción de las emisiones
para el próximo año.
Tina Stege, enviada climática de las Islas
Marshall, se hizo eco de esta urgencia, diciendo a los delegados:
“Parece que estemos retrocediendo en lo que respecta a la ambición,
cuando en realidad deberíamos estar pidiendo un salto sustancial en la
otra dirección.”
Los distintos ministros presentes en la cumbre
se dividieron en grupos el sábado para proceder con las negociaciones
sobre una serie de temas, que incluye la financiación para los países
vulnerables al clima, los mercados de carbono y la firmeza de la
resolución final que se adoptará en el encuentro, la cuestión más
importante.
El proceso de aplicación del Acuerdo de París se ha visto debilitado
tras el inicio el mes pasado de las formalidades por parte del
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para retirar al mayor emisor
histórico del mundo del acuerdo, lo que hace más fácil la salida de
otros grandes país.
Chile causó desató la ira entre los
activistas, quienes dijeron que el borrador del texto que circulaba el
sábado era uno de los peores que se han visto en muchos años de
negociaciones de la ONU sobre el clima.
“El enfoque que Chile ha
adoptado en este texto muestra cómo ha escuchado a los contaminadores y
no a la gente”, dijo Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace
International.
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